El materialismo crea una sociedad sin alma. También lo hacen las religiones, cuando quieren apropiarse de Dios.
La política, tal como es hoy en día, no es suficiente para hacer frente a la crisis económica y del mundo.
Europa es necesaria para la civilización de la convivencia. Una Europa fuerte y unida. El debilitamiento de Europa es una tragedia, que se produce poco a poco, en la costumbre de vivir sin ideales, mientras que los países europeos se convierten en una especie de anciano jubilado que mira por la ventana y está fuera de la historia.
Las religiones y Europa son los sujetos que pueden hacer una importante aportación y un cambio, resistiendo a los temores que se van difundiendo, al miedo, también en Europa. Sin espíritu, hoy es más claro, no se puede construir una sociedad distinta de los numerosos individualismos.
Pero Europa unida prefigura la solidaridad universal, como decía Maurice Schumann. |