El pasado sábado 25 de octubre estudiantes y miembros del movimiento “Gente de Paz” se encontraron para festejar los 30 años de la Escuela de Cultura e Idiomas de la Comunidad de Sant’Egidio.
En Roma nació en 1983 y en Barcelona la escuela empezó hace 5 años y 4 años en Manresa, y está presente en muchas ciudades de Italia, en Bélgica y Alemania. Todos recibieron el don de esos 30 años como una sola familia en el mundo que habla la lengua de la amistad.
Un mosaico de estudiantes procedentes de más de 20 países llenaron la sala de la Universidad. Estos “nuevos europeos constituyen uno de los grandes recursos humanos para la España y la Europa del futuro”. Daniela Pompei lo ha recordado: “ha sido seguramente una escuela de idiomas, pero también una escuela de amor y de fraternidad”. El idioma ha sido la llave para poder entrar en un mundo nuevo: “No uséis esta llave para cerrar, no la utilicéis para levantar muros. Esta llave ha sido depositada en vuestras manos para abriros al mundo… Habéis aprendido una manera humana de ser españoles, europeos, nuevos ciudadanos del mundo”.
Se escuchó la voz de algunos alumnos que como Patientce han inmigrado a otros países. Desde Canadá recordaba que San Egidio “ha sido para mi un oasis de amistad y de paz”. Desde Damasco (Siria) se oyó la voz desesperada por el miedo a los bombardeos de Ibaa que pedía nuestra oración “para que llegue la paz a mi país”.
Zeinab, una de las primeras alumnas en Roma, trajo el saludo de las Escuelas de Idioma y Cultura de Italia y expresó la necesidad de continuar estudiando y trabajando para construir juntos una Europa más acogedora.
Para Abdoulaye, que llegó a Manresa después de un peligroso viaje durante 10 días en patera entre Senegal y las Islas Canarias, la amistad con los profesores y amigos de la escuela le ha “salvado de una vida solitaria.” Omarou de Burkina Fasso y Nazha de Marruecos han recordado como en la escuela además del catalán y el español, han encontrado la alegría y la felicidad de darse a los demás, viviendo el encuentro y la amistad concreta con los ancianos.
Las palabras de Malika de Marruecos, alumna de alfabetización, expresaban la importancia de haber aprendido a expresarse en español para ayudar a sus hijos y desenvolverse en la ciudad: “Cuando aprendo a leer y escribir, es como una luz que se enciende en una habitación oscura”.
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Al final de la asamblea tuvo lugar una gran fiesta en una plaza muy cercana al auditorio, donde los bailes y la música de diferentes países mostraron la alegría de la celebración de los 30 años de esta gran familia. Se terminó con la entrega de los diplomas del curso 2013-2014. |