Las inundaciones que recientemente han afectado Malawi han puesto al país de rodillas. Muchos ríos se han desbordado a causa de las fuertes e incesantes lluvias, que han provocado la muerte de más de 200 personas y han dejado sin casa a más de 40 mil familias.
En una carta, el padre Ernest Kafunsa, joven párroco malawiano de la iglesia de San Vicente de Paúl de Blantyre, y miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, nos explica la dramática situación de su país:
"Junto a algunos amigos de Sant'Egidio, visité hace unos días varios pueblos del sur de Malawi, la parte más afectada por las inundaciones. Muchas personas viven en campos de emergencia, parecen refugiados en su propia tierra. Los distritos más afectados son los de Msanje, Chikwawa, Blantyre, Mangochi, Phalombe y Mulanje. Varias personas están todavía desaparecidas, probablemente arrastradas por el río Shire, cuyas aguas inundaron muchos pueblos. La gente buscó refugio en las cimas de las colinas y encima de los árboles".
"Las fuertes lluvias provocaron continuos cortes eléctricos y ahora muchas ciudades se han quedado sin agua, como en Blantyre, donde desde hace una semana la gente se ve obligada a beber agua de lluvia, que es peligrosa para la salud, y ahora se teme que estalle una epidemia de cólera.
Por el momento, muchas familias han acampado en las escuelas primarias: tienen miedo de que vuelvan las lluvias. Pero en Nsanje y en muchos otros pueblos los primeros edificios que se han derrumbado son precisamente las escuelas. En muchas zonas no hay ni siquiera electricidad, algunas han quedado incluso aisladas: la carretera que une Fatima y Masenjere está cortada y las ayudas solo pueden llegar por aire".
"En una situación tan dramática, entre las personas que mayor peligro corren están los ancianos, muchos de los cuales vivían en casas pequeñas y frágiles, que el viento y el agua ha abatido fácilmente estos días. En Blantyre nueve ancianos, amigos de la Comunidad de Sant’Egidio, han perdido su casa.
Algunas organizaciones están intentando llegar a esas zonas para salvar a la población, pero existe una pregunta que sigue abierta: ¿adónde irán estas personas cuando terminen las lluvias? Su casa, sus pertenencias, sus granjas ya no existen.
Con la Comunidad de Sant’Egidio queremos ayudar a la población en las necesidades del día a día, pero también a las familias a reconstruir su vida en la sociedad. Doy las gracias por todo lo que la Comunidad está haciendo por las víctimas de las inundaciones en Malawi".
La Comunidad de Sant'Egidio ha abierto una cuenta para enviar ayuda
|