La Comunidad de Sant'Egidio manifiesta su dolor y su pesar a las familias de aquellos que han perdido la vida en el enésimo naufragio que se produce en el canal de Sicilia: 29 víctimas confirmadas, pero tal vez sean muchas más. Se suman a quién sabe cuántas más, desde que empezó 2015, por la imposibilidad de prestar auxilio más allá de las 30 millas de la costa italiana, distancia fijada por la operación Tritón.
Desde que terminó Mare Nostrum, que permitía que nuestra Marina Militar llegara casi hasta las costas del África septentrional para socorrer a quienes huyen de muchos países del sur del mundo, los "viajes de la esperanza" no se han detenido. Por culpa de los traficantes de personas sin escrúpulos, a quienes hay que parar, los refugiados siguen saliendo en precarias y costosísimas carretas del mar. El problema es que nadie habla de ello y nadie puede ayudarles a tiempo para salvar sus vidas: "Alejando el auxilio no se paran las muertes: simplemente las ocultamos a la vista de todos. Ahora solo vemos esas precarias embarcaciones cuando llegan cerca de nuestras costas. Pero entonces, como pasó el lunes, es dolorosamente tarde".
Hasta el 31 de diciembre, gracias a Mare Nostrum, que mostró a todo el mundo la generosidad y la competencia de la Marina Militar italiana y de todas las demás fuerzas que participaron en la operación, se pudieron salvar miles de vidas humanas con un gasto sostenible para un país como Italia.
La Comunidad de Sant’Egidio lanza un fuerte llamamiento a las autoridades italianas y europeas. Si todavía queda algo de piedad hay que actuar rápidamente en dos direcciones:
- Detener las muertes recuperando inmediatamente la operación Mare Nostrum, que permitía auxiliar con barcos militares capaces de navegar incluso con mar gruesa y no con simples patrulleros.
- Activar inmediatamente un sistema europeo que permita ingresos regulares y controlados, por motivos humanitarios, con un coste claramente inferior para los refugiados (que llegan a pagar miles de euros) y, sobre todos, viajes que no comporten poner en riesgo la vida.
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