Con dolor, con mucho dolor, he conocido los atentados terroristas de hoy contra dos iglesias en la ciudad de Lahore en Paquistán, que han provocado numerosos muertos y heridos. Son iglesias cristianas. Los cristianos son perseguidos. Nuestros hermanos derraman la sangre sólo porque son cristianos. Mienstras aseguro mi oración por las víctimas y por sus familias, suplico al Señor, fuente de todo bien, el don de la paz y la concordia para aquel país, y que esta persecución contra los cristianos que el mundo busca de esconder, termine y sea la paz.
Ángelus, domingo 15 de marzo de 2015 |