La Comunidad de Sant'Egidio cumple 48 años. En Roma celebramos hoy este aniversario del "pueblo de Sant'Egidio" con una celebración que estará presidida en San Juan de Letrán por monseñor Matteo Zuppi, desde hace pocos meses arzobispo de Bolonia.
El regalo más grato nos lo hace la familia Al Hourani, con su presencia en Roma: son los primeros refugiados sirios que han llegado hoy con los corredores humanitarios, abiertos gracias a un acuerdo entre la Comunidad de Sant’Egidio, la Federación de las Iglesias Evangélicas de Italia y la Mesa valdesa, por una parte, y los ministerios de Interior y de Exteriores por la otra. Gracias a este proyecto ecuménico, mil refugiados más, actualmente en campos del Líbano, de Marruecos y de Etiopía, llegarán en los próximos meses a Italia de manera totalmente segura, sin tener que hacer los "viajes de la muerte" por el Mediterráneo. Por ahora este sistema funciona solo para Italia y su coste recae únicamente en las organizaciones que lo impulsan, pero estamos convencidos de que puede ser un modelo también para los demás Estados europeos, porque combina la necesidad de salvar vidas humanas y la seguridad.
Pero la apertura de los corredores humanitarios es solo uno de los dosieres en los que se ha centrado el trabajo de Sant'Egidio en el año apenas cerrado. Recordamos, entre otros, los más importantes:
· El trabajo por la paz. También en los últimos meses hemos intentado trabajar para llegar al fin de algunos conflictos, sobre todo en África. Entre todos los países de aquel continente, hay uno especialmente, la República Centroafricana, donde el papa Francisco abrió la primera puerta santa del Jubileo de la Misericordia, que lleva en el corazón nuestra Comunidad, que ha fomentado el encuentro entre las partes y el reciente proceso electoral con el objetivo de llegar a la pacificación de todo el territorio. Pero trabajar por la paz, que –como dice Andrea Riccardi– "es la madre de todas las pobrezas" nos compromete a estar presentes también en otras crisis como por ejemplo la libia. Ha habido algunas visitas a nuestra Comunidad que en este año han alentado todo este trabajo. Como la del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, que asoció nuestra actividad por la paz con la necesidad de dar respuestas humanas y vivibles a la oleada de refugiados que van hacia Europa. O como el encuentro con la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, que insistió en el "valor" que representa para Europa el método de Sant'Egidio: "Hablar con todos, intentar abrir todos los canales posibles para llegar a la paz".
· El programa DREAM Además de continuar la prevención y el tratamiento de 270.000 enfermos de sida, como ya ocurre en diez países africanos, la novedad de este año que acaba de terminar ha sido DREAM 2.0, un programa innovador que tiene la ambición de curar otras graves patologías obteniendo estándares sanitarios del norte del mundo para enfermos que ya se están tratando para el VIH, centrándose en particular en las mujeres, verdadero pilar de las sociedades africanas.
· El programa BRAVO En funcionamiento desde hace algunos años, BRAVO (Birth Registration for All Versus Oblivion) ya ha hecho posible que millones de niños en África se inscribieran en el registro civil. En países como Burkina Faso, que recientemente ha sido escenario de un grave atentado a manos de terroristas en su mayoría muy jóvenes, la inscripción en el registro civil ofrece protección y previene los peligros de explotación que hay: sin estar inscritos en el registro civil, los menores corren el peligro de convertirse en niños soldado, víctimas de la esclavitud, de abusos sexuales, de matrimonios precoces y de trabajo infantil.
· La solidaridad diaria, una opción que tomó la Comunidad ya en sus inicios, en febrero de 1968, desde Roma se ha extendido al mundo entero aumentando el número de pobres que son amigos de Sant'Egidio. En el último año, con la intensificación de los conflictos y la huida de miles de personas de sus países hacia Europa, ha crecido el trabajo para acoger e integrar a los inmigrantes. En Italia, como en otros países europeos –por ejemplo Alemania y Hungría–, hemos propuesto soluciones concretas que favorezcan la convivencia y el respeto recíproco. El otro eje en el que se ha movido la acción de la Comunidad ha sido la inclusión social: han sido muchas las iniciativas para reconstruir las redes sociales y hacer frente al aislamiento que crea y acentúa los problemas y la pobreza. Una manifestación elocuente de nuestra voluntad de llegar a todos con la solidaridad ha sido nuestra tradicional comida de Navidad, que al inicio del Jubileo ha sentado en la mesa juntos –el que ayuda y el que es ayudado– a 200 mil personas en 78 países del mundo: ha sido un "MercyChristmas", Navidad de la Misericordia para muchos, signo de que el mundo puede cambiar empezando por los pobres y por las periferias. Han compartido la comida ancianos solos, personas sin hogar, refugiados y niños de la calle en África y de América Latina. Sin olvidar nuestras Escuelas de la Paz, que en todos los continentes educan a miles de menores a crecer en un clima diferente de la violencia que se respira en sus barrios.
· La oración Es, junto a los Pobres y la Paz, una de las tres "P" de las que habló el papa Francisco para definir el espíritu que resume Sant'Egidio en su visita a la Comunidad en junio de 2014. En el año recién terminado hemos abierto las puertas de nuestros lugares de oración a muchos que se han unido a nosotros en todo el mundo para escuchar juntos la Palabra de Dios. Así continuaremos haciéndolo, de manera especial en este Jubileo en todos los países en los que estamos presentes, empezando por la oración diaria a las 20.30 h, en la basílica de Santa Maria in Trastevere. |