Hoy dos terribles atentados en Bruselas, capital de Bélgica y corazón de Europa, han provocado varias víctimas. El terrorismo continúa su demente carrera hacia el horror asesinando a inocentes y difundiendo miedo. En estos momentos de dolor nuestro primer recuerdo es para las víctimas, los heridos y sus familiares, que con gran dureza han sufrido la sinrazón suicida de los terroristas.
Después de París, Beirut, Bamako, Uagadugú, Grand Bassam, Estambul, Túnez y muchas otras ciudades, ahora le ha tocado a la capital de Europa, que encarna las esperanzas de la unidad y de la paz. El terror quiere herir la convivencia y el sueño de unir a países y pueblos. Quiere contaminar el clima social, infundir miedo y hacer que reaccionemos siguiendo lógicas violentas que alimenten odio y separación. No cedamos a ese proyecto. Mantengámonos unidos. Solo la unión, aquella unión que soñaron los padres fundadores de Europa, puede preservar nuestra vida y nuestro futuro. |