Más de mil personas, muchísimos niños y jóvenes, han celebrado los diez años del Centro Nutricional de la Comunidad de Sant'Egidio, que inauguró Andrea Riccardi en Matola (Mozambique)
En diez años el Centro no solo ha favorecido el desarrollo del barrio de Matola C, sino que sobre todo ha ayudado a miles de niños, con la alimentación y el estudio.
Participó en la ceremonia Zubaida, una madre de cinco niños que asiste al Centro y que recordó que la Comunidad ha permitido que sus tres hijos mayores estudien y encuentren un trabajo seguro. De ese modo su familia ha podido construir una casa de obra, para no tener que vivir más en una chabola de cañas.
Las numerosas vacaciones transcurridas juntos, las comidas de Navidad y la comida gratuita de cada día han sido citadas por Daniel, un Joven por la Paz, el niño número 100 del centro: "Aquí he aprendido lo que significa la amistad con quien es más débil".
La responsable del Centro, Cacilda Massango, ha recordado que la "Escliña", la escuela del Centro, compuesta por tres clases de educación infantil, y a la que asisten unos 90 niños, es un lugar de protección para los más pequeños del barrio que sin la escuela estarían solos por la calle porque sus madres van a trabajar o porque quedarían al cuidado de hermanos poco mayores que ellos.
La presencia de numerosos Jóvenes por la Paz, que durante años cuando eran niños comieron en el Centro y participaron en sus actividades, es el ejemplo concreto de que la amistad con los más pequeños da frutos buenos y duraderos. Escuchar palabras de paz desde pequeños es una manera importante de hacer frente a la enemistad y la indiferencia hacia los más débiles.
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