Han pasado 30 años desde la oración por la paz que Juan Pablo II convocó en Asís. Por primera vez en la historia, el 27 de octubre de 1986, los líderes de las grandes religiones mundiales se reunían para dialogar y orar por la paz. Se abrió una nueva época de diálogo, que ha dado muchos frutos y ha ayudado a superar incomprensiones, desconfianzas y actitudes cerradas. “La paz es una obra abierta a todos”, dijo Juan Pablo II en un mundo marcado por las tensiones de la guerra fría.
30 años después el “espíritu de Asís” no ha perdido fuerza ni actualidad, porque el diálogo y la paz siguen siendo necesarios. El mundo asolado por guerras y divisiones tiene sed de paz, como rezaba el título del encuentro internacional de Asís de septiembre en el que participaron más de 500 representantes de varias religiones. En aquella ocasión el papa Francisco afirmó que “no nos cansamos de repetir que el nombre de Dios nunca puede justificar la violencia” porque “solo la paz es santa”.
La Comunidad de Sant’Egidio decidió desde el principio vivir y difundir el “espíritu de Asís” y ha construido con el paso de los años un movimiento de paz incluso en zonas del mundo donde se pone a prueba la convivencia pacífica entre las religiones. Cuba, Filipinas, Indonesia, Kenya, México o Nigeria son algunos de los países que han celebrado en las últimas semanas encuentros entre representantes religiosos, comprometidos en trabajar juntos para luchar contra la violencia difusa, en distanciarse de la predicación del odio y en construir la paz. En un tiempo de globalización y en el que la paz está cada vez más amenazada, el aniversario del 27 de octubre de 1986 nos recuerda que el diálogo entre las religiones no es un “lujo” sino un valioso instrumento para contener guerras y terror. |