Hace algunas semanas un incendio ha devastado un asentamiento de barracas, muy pobre, que se erigía literalmente sobre la playa en la riva del océano, en el área noroccidental de Monrovia.
Allí habitaban una quincena de familias, reunidas allí desde hace 3 años, cuando los campos de refugiados que existían en la periferia de la ciudad habían sido desmantelados. Aquí, la Comunidad de Sant'Egidio ha creado una Escuela de la Paz.
Al final de la guerra, la ciudad de Monrovia ha crecido en muy poco tiempo, de forma desordenada y caótica, porque muchos refugiados, que no podían volver a sus aldeas, la mayoría destruidas o ocupadas por otras personas, han decidido quedarse en la capital, esperando encontrar una solución aceptable y un trabajo.
En la búsqueda de un asentamiento, varias familias se han establecido en la playa sobre la riba del mar, un lugar insalubre e inseguro, esperando una solución mejor, pero que no acaba de llegar.
Pero las condiciones son invivibles: las casas más cercanas a la riva se inundan cada vez que el océano se agita, las condiciones higiénico sanitarias son pésimas. Hace dos años un niño murió ahogado, mientras jugaba cerca de casa, arrastrado por una ola.
También este incendio - provocado accidentalmente por una mujer - se ha propagado rápidamente y ha destruido las habitaciones debido a la precariedad de las construcciones.
La Comunidad de Sant'Egidio de Monrovia ha intervenido inmediatamente para ayudar a las familias que lo han perdido todo, distribuyendo vestidos y géneros de primera necesidad que servirán a las familias a reprender las actividades de más simples de la vida cuotidiana: vajilla, ollas, material para cocinar.
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