“Cuando sea grande quiero ser ingeniero”. Muchos niños lo dicen, cuando descubren mientras juegan los primeros misterios de la mecánica. También lo decía Julián, pero sus palabras parecían destinadas realmente a ser solo un sueño de niño.
Julián nació en un barrio pobre de la periferia de Cali, la tercera ciudad de Colombia. Su padre se fue de casa cuando él era muy pequeño y siempre ha vivido con su madre y su abuela, que lo han criado con amor, pero con muy pocos medios. Julián sacaba muy buenos resultados en la escuela, pero su destino ya estaba marcado: hacia los once o doce años, debería haber buscado algún pequeño trabajo para ayudar a casa.
Pero Julián, cuando cumplió 10 años, fue adoptado a distancia con el programa de la Comunidad de Sant’Egidio.
Así, pudo continuar sus estudios serenamente: alguien se ocupaba no solo de la matrícula de la escuela sino también del uniforme, los libros y un suplemento alimentario que era un alivio para toda la familia.
Sus resultados escolares fueron muy buenos y fue uno de los 70 jóvenes que pudieron matricularse en el Colegio Industrial Luis Madina, un centro educativo de excelencia que ofrece educación primaria y secundaria en materias técnicas y profesionales.
Hoy Julián tiene 18 años. Ha terminado los estudios superiores y se ha diplomado en mecánica industrial y, junto a otros tres compañeros, también ellos adoptados a distancia, se han matriculado en la facultad de ingeniería. A él y a sus amigos, ¡buen trabajo!
Para saber algo sobre Colombia, el país de Julián:
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Colombia ha vivido durante décadas una guerra civil. Las periferias de las ciudades han vivido una enorme expansión generada por los desplazamientos de las familias provenientes del campo, obligadas a huir a causa del conflicto armado que continúa bañando en sangre el país.
Este fenómeno ha aumentado el nivel de pobreza y desempleo. Las consecuencias son duras: difusión de la violencia, abandono escolar, aumento del número de niños de la calle y del trabajo infantil.
En este clima la Comunidad de Sant’Egidio tiene desde 2003 un programa de adopciones a distancia. En estos años más de 400 niños y jóvenes de varias zonas del país han podido recibir ayuda.
ADOPTA A UN NIÑO A DISTANCIA: LE DARÁS UN FUTURO
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OTRAS IMÁGENES
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Los jóvenes que estudian en el Centro Luis Madina. |
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Julián cuando tenía 10 años. |
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Julián, su madre, su abuela y la persona responsable de las adopciones a distancia de la Comunidad de Sant'Egidio en la ceremonia de entrega de diplomas. |
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