El jueves 5 de abril, más de 150 jóvenes de las escuelas de Roma se reunieron por convocatoria del movimiento de “Jóvenes por la Paz” de la Comunidad de Sant’Egidio.
Los días de Pascua, los Jóvenes por la Paz quisieron hacer un gesto concreto de afecto hacia quien es más débil y fueron a visitar Villa Immacolata, una casa de reposo de Roma donde viven muchos ancianos.
Prepararon un pequeño regalo para cada anciano: una ramita de olivo, una estampa de la Resurrección y una cariñosa tarjeta de felicitación.
Los jóvenes, divididos en grupos, pasaron por los diferentes pisos de la residencia llevando alegría a todas las habitaciones con canciones, abrazos, felicitaciones y entregando personalmente los regalos. Los ancianos manifestaron una gran alegría y emoción, como María, que dijo: “hoy es el día más hermoso de mi vida” o Giuseppe, que exclamó: “para mí hoy es Pascua”, o Giacomina, que dio las gracias a los jóvenes por el tiempo que habían pasado juntos y que pidió a todos que rezaran por ella.
Una visita, una fiesta, que enriqueció a todos: jóvenes y ancianos. Un encuentro entre generaciones que permite que los jóvenes descubran que la longevidad es uno de los mejores frutos de nuestro tiempo, y que los ancianos vean que hay lugar para ellos en nuestra sociedad y qeu todavía queda mucho por hacer en afecto, amistad y sentido de la vida.
Los Jóvenes por la Paz también hicieron un vídeo que explica su amistad y su trabajo. Las imágenes son la historia de muchas visitas, de una larga amistad entre jóvenes y ancianos y es idealmente una respuesta a la "Carta de Ana", una anciana que vive en una residencia y que, dando voz y rostro a los numerosos ancianos que sufren la soledad, nos pide a todos que no seamos indiferentes, que regalemos a quien está solo una visita “una hora de tiempo para ser amigos, para que alguien piense en mí. Haciendo frente a la soledad”. |