“A mí me gusta trabajar –dice Diego, uno de los “camareros” de la Trattoria degli Amici, dirigiéndose al presidente del Gobierno, Mario Monti–. Cuando no trabajaba estaba siempre en la calle y no tenía nada que hacer. Ahora cuando me levanto lo primero que pienso es en venir a trabajar, porque el trabajo, después de los amigos, es lo más importante. No es tanto por el dinero –eso es lo último en lo que pienso–, sino porque tienes el día ocupado, no estás solo, puedes pensar en el futuro, te sientes útil”.
La visita del presidente Monti a la Trattoria degli Amici destaca el éxito de esta experiencia económica que ha sabido combinar trabajo y discapacidad. “He venido aquí para aprender vuestra receta, es decir, que de la crisis hay que salir juntos. Es una receta para Italia”, dice el jefe del gobierno. “Este es un lugar de belleza y excelencia que nace de aquella extraordinaria realidad que es la Comunidad de Sant’Egidio. Aquí se ve la capacidad de salir de la crisis, de cualquier dificultad, incluso la más extrema. Salir de la crisis juntos es el signo de vuestra voluntad de superar juntos las dificultades con amistad".
Fueron muchos los discapacitados que quisieron recibir al presidente, junto al personal de la Trattoria y a un numeroso grupo de personas que asisten habitualmente a los talleres de arte experimental de la Comunidad de Sant’Egidio, repartidos en varios barrios periféricos de Roma.
Una reunión de 360 grados. Muchos intervinieron –como Mirko, que habló de su trabajo con los ancianos de una residencia de Roma– y así demostraron que las personas producen una gran energía cuando ante la pregunta “¿Válido, idóneo, capacitado?” se contesta “Amigo, amiga”, como rezan las camisetas del personal de la Trattoria.
Entre los varios cientos de personas que asistieron al encuentro estaba también la campeona paralímpica Annalisa Minetti.
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