La Biblia dice que el más justo peca siete veces al día. Por ello la necesidad de usar esta pequeña palabra: 'disculpa'. En general cada uno de nosotros está listo para acusar al otro y a justificarse a sí mismo. Esto inició desde nuestro padre Adan, cuando Dios le pregunta: '¿Has comido de ese fruto?'... 'Pero yo no, fue ella que me lo dio'... Acusar al otro y no decir 'perdón', es una historia vieja y es un instinto que está en el origen de tantos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón.
[...] Por favor recordad esto: no terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás! Esto es un secreto, un secreto para conservar el amor.
Porque si tu no terminas la jornada sin hacer la paz, el día después es frío y duro y es más difícil hacer la paz. Acuérdense bien de esto: nunca terminar la jornada sin hacer la paz!
Del DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LA PAREJAS DE NOVIOS QUE SE PREPARAN PARA EL MATRIMONIO, 14 de febrero de 2014 |