Hoy hay tantos mártires en la Iglesia, muchos cristianos son perseguidos. Pienso en el Medio Oriente, los cristianos que han de huir de la persecución, los cristianos asesinados por sus perseguidores. También a los cristianos expulsados en forma tan elegante, con guantes blancos: es también una persecución. Hoy son muchos los testigos, hay más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos. Y en esta misa, recordando nuestros gloriosos antepasados, aquí en Roma, también pensamos en nuestros hermanos y hermanas que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de muchas iglesias pequeñas que nacen. Oremos por ellos y por nosotros.
Homilía en Santa Marta, 30 de junio de 2014 |