“La paz es demasiado importante para dejarla solo a los políticos. La dramática evolución de los conflictos en la época moderna nos enseña que cada vez más la paz es fruto del diálogo entre las religiones y las culturas y, como nos recordó el domingo el papa Francisco, es fruto de la oración, fuente de reconciliación”. Lo dijo el presidente Marco Impagliazzo durante la ceremonia de entrega del premio Calouste Gulbenkian concedido este año a la Comunidad de Sant’Egidio.
La ceremonia tuvo lugar ayer en la capital portuguesa. Entregó el premio el ex presidente de la República Jorge Sampaio.
El acto tuvo fuerte eco en la prensa local, que destaca el trabajo que hace la Comunidad en todos los países donde está presente para promover los derechos humanos, la mediación en conflictos y el diálogo interreligioso. La Comunidad de Sant’Egidio es bien conocida en Portugal por su papel como artífice de las negociaciones de reconciliación y de firma de la paz en Mozambique, que tuvieron lugar en 1992.
En los países lusófonos y en otros países del África subsahariana, la Comunidad está presente con DREAM (Drug Resource Enhancement against AIDS and Malnutrition), uno de los más difundidos y eficaces programas de tratamiento del sida, y con BRAVO, la campaña mundial para inscribir en el registro civil y dotar así de nacionalidad a los "niños invisibles". El presidente del Consejo italiano, Matteo Renzi, visitó hace unos días el centro DREAM de Maputo, capital de Mozambique.
La Fundación
Calouste Gulbenkian
VÍDEO - Lectura de las motivaciones (PT)
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