También en el norte de Alemania, en Mönchengladbach, la crisis deja huella. Desde hace un tiempo la ciudad, a causa de la crisis de la industria textil, se ha empobrecido. Los primeros que lo pagan son los ancianos.
Muchos jóvenes han abandonado una ciudad que parece ofrecer pocas perspectivas.
La Comunidad de Sant'Egidio ha decidido colaborar en la reconstrucción del tejido social de la ciudad, abriendo un lugar de acogida para los que están soportando mayores dificultades.
Abrir un comedor en el corazón de la ciudad, a pocos pasos del lugar donde se hace la oración de la tarde, pareció la respuesta más inmediata. Ante las dificultades hace falta un estallido de solidaridad. Y la buena noticia es que, cuando se anunció que abría el comedor, mucha gente se manifestaron dispuestos a ayudar.
Hace pocos días se inauguró: los primeros invitados, sobre todo ancianos, se sorprendieron de la belleza del lugar que los acogía cálida y familiarmente. |