Los pobres son en cierto modo “ la piedra básica de la sociedad ”, que en muchos casos “ha olvidado la solidaridad”, afirmó ayer el Papa ante varios miles de pobres que lo saludaron en el corazón del Trastevere, el más viejo barrio de Roma, al visitar a la Comunidad de San Egidio, que conoce a fondo desde que era cardenal en Buenos Aires. El Papa anunció al mediodía, cuando habló a la multitud en San Pedro que el 21 de setiembre hará su primer viaje a un país europeo. El elegido es el más pobre y con mayoría musulmana, Albania.
En una jornada en la que Roma fue conmovida por una violenta tormenta con lluvias copiosas y fuertes ventarrones, Francisco fue a la plaza de Santa María en Trastevere, donde se encuentra una de las más viejas basílicas de la ciudad, que la Comunidad de San Egidio dedica a la ayuda constante de miles de pobres. Por fortuna hubo algunos veinte minutos de pausa en la tormenta y el Papa a su llegada saludó personalmente a la gente que lo aclamaba, se tomó un mate que le alcanzaron y que le gustó “más o menos”, como indicó con su mano derecha, se abrazó con enfermos y con el fundador en 1968 de la Comunidad, Andrea Riccardi. En la antigua basílica, repleta por mil personas, Jorge Bergoglio escuchó ocho testimonios de italianos, prófugos y refugiados que contaron sus penas y su esfuerzo por integrarse en la sociedad.
Después habló Francisco, que fue especialmente crítico de la indiferencia de Europa frente a los miles de refugiados que acuden por las guerras civiles y el hambre a sus fronteras. Los italianos, por ejemplo, se sienten abandonados pero están asistiendo a miles de inmigrantes que llegan medio muertos en barcazas todos los días, con otros muchos que mueren ahogados en el canal de Sicilia, sin recibir ayuda concreta de los ricos países del norte.
“Europa está cansada, ayudémosla a reencontrarse”, dijo Francisco. “Ha envejecido, no sabe qué hacer, ha olvidado la solidaridad. Ha renegado de sus raíces, es cierto, debemos esforzarnos para que rejuvenezca, con la compasión y la solidaridad”. Bergoglio recordó “la cultura moderna, por la cual lo que no sirve y produce se descarta, lo que es una eutanasia escondida”.
Riccardi, el fundador de San Egidio, recibió al Papa con un saludo de la comunidad que se ha difundido en más de 70 países, entre ellos la Argentina.
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