El palacio episcopal ortodoxo de Nicosia, en Chipre, ha acogido, este martes 18 de noviembre, el acto conclusivo del tradicional Encuentro Interreligioso impulsado por la Comunidad de San Egidio, en el que han intervenido el fundador de ese movimiento eclesial, Andrea Riccardi, y la exprisionera de las FARC Ingrid Betancourt, y han rezado juntos por la paz unos 200 representantes de diversas religiones.
Riccardi ha expresado su confianza en que la elección de Chipre como sede de este encuentro ayude a resolver el conflicto de este país, dividido entre turcos y chipriotas, y considerado el "último muro" que queda por caer en Europa, a diez años de la caída del Muro de Berlín.
"Deseamos que la paz y la justicia sean restablecidas en Chipre –ha dicho-, y que de esta tierra, situada en una posición estratégica entre oriente y occidente, sople un viento de paz sobre el cercano Oriente Medio, sobre Iraq, sobre el África sufriente".
Ingrid Betancourt, política que permaneció secuestrada seis años y medio en Colombia, habló de su fe y de sus años de prisionera y leyó el mensaje final del encuentro interreligioso, que anima a los países a "tener fe y no rendirse".
Los líderes cristianos, judíos, musulmanes, budistas, hinduistas y sintoístas reconocen en el mensaje final del encuentro que "asistimos a un momento difícil de la historia, a causa de la crisis económica que atenaza al mundo, y que ha deshecho tantas seguridades" y añaden que "muchos ven el futuro con pesimismo, y si los ricos no les ayudan, un gran mundo de pobres pagará un duro precio por esta crisis".
El encuentro interreligioso se ha celebrado en Chipre del 16 al 18 de noviembre, bajo el lema 'La civilización de la paz: religiones y culturas en diálogo', 22 años después de la jornada mundial de oración por la paz en Asís convocada por el Papa Juan Pablo II, que ha llevado a la Comunidad de San Egidio a organizar la iniciativa cada año en un país diferente. Ha reunido personalidades religiosas y laicas de todo el mundo.