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preparado por 
Silvia Marangoni

 

LA ASISTENCIA DOMICILIARIA
Los gestos de la amistad

Los ancianos atendidos por la asistencia domiciliaria son 7.000 en Italia, 2.000 en el resto de Europa (Alemania, B�lgica, Espa�a, Portugal, Irlanda, Rep�blica Checa, Hungr�a, Ucrania, Rusia), 1.000 en Am�rica Latina (Guatemala, Salvador, Argentina) y en Am�rica del Norte, donde recientemente han nacido varias Comunidades de Sant'Egidio. M�s de la mitad de estos ancianos supera los 75 a�os de edad; los 2/3 viven solos. Son los m�s fr�giles, para ellos el riesgo de ingreso en una instituci�n, a breve / medio plazo, es m�s alto. M�s de un tercio de los ancianos no es autosuficiente o lo es parcialmente. La enfermedad, la invalidez, las dificultades son motivos a�adidos para multiplicar los esfuerzos y la cercan�a, para que los ancianos puedan permanecer en sus casas. Es posible acompa�ar al anciano cuando se consume f�sicamente, por la enfermedad, por la p�rdida de la autosuficiencia. Est� claro que esto quiere decir sobre todo intervenir para responder a las necesidades primarias, a las que est�n unidas a la supervivencia. Prioritaria es la atenci�n de la persona, el control del estado de salud. La atenci�n a la salud est� dirigida a prevenir la invalidez y la no-autosuficiencia, a evitar el agravamiento de la enfermedad, y a promover el bienestar f�sico, ps�quico y social de los ancianos. Con esta finalidad se efect�an:

Control de la presi�n arterial, de la frecuencia cardiaca, de la temperatura corporal.


Roma

Control glic�mico.

Control y administraci�n de terapias.

Control de la dieta.

Prevenci�n de las llagas de dec�bito.

Correcto posicionamiento y recuperaci�n de la funcionalidad de las articulaciones en los enfermos en cama.

Movilizaci�n de los enfermos en cama.

Higiene personal y atenci�n a la persona.

Apoyo en las actividades de la vida cotidiana (vestirse, levantarse de la cama, cocinar, etc.)

Acompa�amiento a visitas a especialistas.

Contactos con el m�dico de cabecera, con los especialistas, con los m�dicos del hospital.

Peque�as urgencias.

Asistencia en hospital en caso de ingreso.

 

Otros tipos de intervenci�n son:


Roma

Atenci�n a la vivienda (limpieza, peque�o mantenimiento, compra y varios)

Gesti�n de pr�cticas administrativas.

Acompa�amiento para el cobro de la pensi�n.

Contactos con amigos, vecinos, familiares.

Apoyo al n�cleo familiar. 

 

La voluntad de vivir es decisiva cuando se es anciano. Est� bien documentado, incluso por la literatura cient�fica, el triste fen�meno de la "erosi�n suicida", es decir, dejarse morir lentamente en ausencia de motivos v�lidos para vivir. No se debe olvidar, pues, lo que pueden parecer necesidades secundarias, pero que al contrario pueden incidir significativamente en la supervivencia. Las relaciones sociales, la ocupaci�n del tiempo, la cultura, el trabajo, la vida de fe, son dimensiones muy relevantes para todos, pero que sobretodo en la edad anciana determinan la dignidad o la indignidad de la propia existencia, el deseo de vivir o de dejarse morir. Las ayudas que se mueven en este sentido son:

Ayuda a la pr�ctica religiosa.


Dubl�n

Apoyo a la vida social y familiar.

Salidas.

Comidas o cenas fuera.

Fiestas.

Reuniones, encuentros, conferencias.

Representaciones teatrales.

Actividades ocupacionales.

Vacaciones de verano.

Acompa�amiento para salir de casa.