Liturgia por África en Roma, en ocasión del Sínodo. Miles de personas acogen a los obispos africanos y llenan la basílica y la plaza de Santa Maria in Trastevere.
18 octubre 2009
Una extraordinaria liturgia africana, con cantos y danzas, reunió en la Basílica de Santa Maria in Trastevere, por iniciativa de la Comunidad de Sant’Egidio, a 65 obispos que participan estos días en el Sínodo Especial para África. En el altar, con el cardenal Roger Etchegaray, presidente emérito del Pontificio Consejo Justicia y Paz, estaba también monseñor Vincenzo Paglia, delegado de la Conferencia Episcopal Italiana para el ecumenismo y el diálogo interreligioso, que quiso recordar el 4 de octubre de 1992, cuando 2tras años de guerra se alcanzó aquí en Roma la deseada paz en Mozambique”.
En la plaza de Santa Maria in Trastevere, igual de llena que la Basílica, jóvenes de 100 países asistieron al rito mediante las pantallas gigantes y luego animaron una fiesta con platos y músicas africanos. “Vivimos –dijo por su parte el cardenal Etchegaray– un momento significativo para el continente africano, llamado al gran reto de la paz, y a responder a las expectativas de justicia de su pueblo, a las que la Comunidad de Sant’Egidio ayuda a contestar con la atención por los enfermos de sida, mediante el Proyecto DREAM, y la protección de los niños, que en muchas situaciones de África no son inscritos en el momento de nacer, y también aquí, porque si nacen siendo inmigrantes, no obtienen la nacionalidad''.
La Comunidad de Sant’Egidio es hoy una realidad eclesial profundamente arraigada en la vida de muchos países africanos y en sus iglesias.
El trabajo en la oración y en la vida espiritual, en la comunicación del Evangelio, en el servicio a los pobres, en el cuidado de los enfermos de sida, en la humanización de las cárceles, en la educación por la paz de los niños caracteriza la presencia de las comunidades de Sant’Egidio que, allí donde están presentes, se ponen “al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz”.
África y su Iglesia están en el corazón de la Comunidad de Sant’Egidio. (fuente AGI)