El jueves 9 de febrero, la Comunidad de Sant’Egidio celebra 49 años de vida con su "pueblo": gente de todas las edades, de todos los barrios de la ciudad junto a los pobres que también forma parte de ella y a muchos amigos que siguen su camino. Todos ellos se han congregado a las 18.30 h en la basílica de San Juan de Letrán para asistir a una celebración presidida por monseñor Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado para Asuntos Generales.
Al finalizar la liturgia se celebrará una fiesta en la que ocuparán el centro aquellas periferias humanas y existenciales que desde el inicio forman parte integrante de la Comunidad: estarán presentes muchos ancianos con problemas, de quienes la Comunidad se ocupa especialmente, los sin techo que en los últimos días han sufrido por el intenso frío, los discapacitados, algunos de los cuales siguen un camino artístico y laboral y los inmigrantes que hace años que viven la experiencia de la integración en el tejido social y civil italiano, hasta el punto de que pueden denominarse con pleno derecho “nuevos europeos”. Están también los refugiados sirios que han llegado del Líbano con los corredores humanitarios impulsados junto a las Iglesias protestantes italianas, una parte de los cuales ya tiene el estatus de refugiado y empieza a entrar en el mercado de trabajo.
Es la fiesta también de aquellos que trabajan en el programa Dream para tratar el sida en diez países africanos con más de 300 mil personas asistidas y más de 63 mil niños que han nacido sanos de madres seropositivas. Y de aquellos que, también en África, trabajan para el programa Bravo! en la inscripción en el registro civil, que ha logrado que, solo en Burkina Faso, más de 3 millones y medio de "invisibles", en gran parte menores de edad, dejaran de ser invisibles.
Un pueblo en el que se confunde el que ayuda y el que es ayudado, porque todo el mundo puede hacer algo gratuitamente por los demás, y que hoy vive, aún más, el gran desafío del trabajo por la paz, tan amenazada en muchas partes del mundo.
La de Roma –una fiesta abierta a todos los amigos de la Comunidad y a los representantes de las instituciones– no es más que la primera de muchas más que viviremos en los más de 70 países en los que está presente Sant'Egidio, con más de 60 mil personas, desde Europa hasta África, desde Asia hasta América Latina.
En un mundo que se hace cada vez más duro por las guerras abiertas y más difícil para quien vive en situaciones económicas y sociales problemáticas, en este aniversario lanzamos un fuerte llamamiento a todo el mundo para construir en toda partes una cultura de la paz y de la no violencia y para fomentar la solidaridad y el respeto a los pobres. |