"Esta mañana, antes de salir de casa para venir aquí con vosotros he saludado al papa Francisco y le he dicho que venía a celebrar esta misa. Me ha escuchado y luego ha dicho: yo podré ir, pero di a todos que les envío un abrazo fuerte, fuerte, fuerte"
Con estas palabras monseñor Konrad Krajewsky, limosnero del Papa, ha empezado la liturgia "en recuerdo de Modesta y de todos los pobres que han muerto en la calle", que se ha celebrado esta mañana en Santa Maria in Trastevere, y en la que han participado cientos de pobres, sobre todo personas sin domicilio fijo, junto a sus amigos de la Comunidad de Sant'Egidio que les acompañan en las dificultades de la vida cotidiana. La liturgia recuerda a todos aquellos que han perdido la vida por la extrema pobreza de la calle.
Es un acto de recuerdo que empezó hace 30 años, tras la muerte de una anciana sin domicilio fijo, Modesta Valenti, que murió en la calle y no recibió ayuda porque iba sucia. La lista de los nombres que han recordado era larga. Tras cada nombre, quien quería encendía una vela. Es un momento de gran emoción en el que participan todos: para los que viven sin nada recordar los nombres de sus amigos significa también saber que ellos no serán olvidados.
Al finalizar la liturgia, los celebrantes regalan una flor y una estampa de María a cada uno. En los locales de la parroquia de Santa Maria in Trastevere se ha preparado una comida para todos los que han tomado parte en la liturgia. En estos días difíciles por el mal tiempo, es una invitación que se recibe con agradecimiento.
|