na delegación de la Comunidad de Sant'Egidio fue hace dos días a Lampedusa para las celebraciones del primer aniversario de la histórica visita del papa Francisco a la isla. Durante las celebraciones, algunas barcazas de inmigrantes provenientes de Eritrea, Somalia, Nigeria y Siria llegaron al Molo Favarolo. A diferencia de los otros años, desde el inicio de la operación Mare Nostrum las llegadas de refugiados a Lampedusa son escasas porque los barcos los acompañan directamente a las costas de Sicilia.
Tras esta llegada a Lampedusa empezaron inmediatamente las operaciones de primera acogida, en las que participó también la delegación de Sant'Egidio: reparto de agua y helados y sobre todo estrechar la mano, sonrisas y pulgar hacia arriba para manifestar la alegría de haberse salvado y la bienvenida a Italia.
"Te damos gracias, Dios, porque nos has llevado a salvo": alegría por haber sobrevivido a un viaje largo y peligroso, cantos en tigriña y en inglés para dar gracias a Dios por su protección fueron el centro de un momento de oración de los refugiados junto a la delegación de Sant'Egidio, ante la presencia también del párroco de Lampedusa, Mimmo Zambito y del padre Giovanni La Manna del Jesuit Refugee Service.
Los emigrantes fueron acogidos temporalmente en el Centro de acogida de Contrada Imbriacola, actualmente en fase de restructuración y que solo funciona parcialmente.
En la delegación de Sant'Egidio estaba también T., un joven eritreo que sobrevivió a la tragedia del 3 de octubre pasado en la que perdieron la vida más de 360 personas. Aquel día fue salvado de las aguas y rápidamente fue trasladado en helicóptero a Sicilia porque su situación de salud era grave.
Desde entonces no había vuelto a Lampedusa. Fue un momento doloroso pero también fue la ocasión para buscar (se desmayó y no recuerda los diferentes momentos del salvamiento), abrazar y agradecer a Costantino Baratta, el pescador de Lampedusa que lo salvó sacándolo del agua del mar y llevándolo a salvo en su barca.
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Questo ragazzo appena sbarcato si riposa accanto
all'unica cosa che ha portato con se: le piccole foto dei
suoi familiari che ha messo ad asciugare sul molo
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Bambini appena giunti al Centro
di accoglienza di Contrada Imbriacola
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T. insieme a Costantino Baratta,
il pescatore che gli ha salvato la vita lo scorso 3 ottobre
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