El arzobispo de Bangui, cardenal Dieudonné Nzapalainga y Kobine Layama, imam de la mezquita central, recientemente galardonados con el premio a la Fraternidad 2016 concedido por la revista Mundo Negro, han visitado la Comunidad de Sant’Egidio en Barcelona.
El cardenal y el imam han trabajado para encontrar una solución a la crisis político-militar que ha sacudido al país. La paz es joven en la República Centroafricana, que es también un país de jóvenes. El mensaje de fraternidad entre cristianos y musulmanes es una historia del bien que va más allá de este país que propone un modelo de diálogo que hay que alentar y replicar.
El cardenal han participado en una Oración por la paz en Centroáfrica. Meditando el Evangelio de la bienaventuranzas subrayó que “Dios nos quiere bienaventurados, pero no solos, sino con los otros. Y esto se observa en la alianza de Sant’Egidio con los pobres”. Poco antes, había visitado el comedor de la Casa de la Solidaridad, donde compartió con algunos “amigos de la calle”.
El Imam en su testimonio insistió en la fuerza de “vivir fraternalmente como hermanos para poder construir un futuro de paz”.
La Comunidad de Sant’Egidio ha propiciado el proceso de reconciliación nacional en Centroáfrica y ha mostrado la fuerza de paz de los líderes religiosos. En su visita a la Comunidad de Sant’Egidio en Roma el pasado mes de noviembre, el cardenal destacó la eficacia de un método que ha convencido al pueblo centroafricano y sobre todo "ha salvado a muchos jóvenes de la propaganda manipuladora del enfrentamiento”. "Los diálogos de la Plataforma interreligiosa –ha dicho– han creado una unión sagrada: católicos, musulmanes y protestantes, juntos para el retorno de la paz". Como armas, "la oración y el diálogo", para liberar a las religiones de la "violencia que las desfigura". En ese sentido, para el cardenal, "la crisis ha sido una oportunidad para des velar el rostro auténtico de la religión y nos ha llevado a convertirnos a las razones de la paz".
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