Dentro de pocos días habrán pasado dos meses del terremoto que ha desvastado Haití. La situación en sigue siendo dramática, pero la ciudad parece resistirse a los efectos del terremoto y quiere mirar hacia adelante. Sin embargo, los signos de los terremotos están en todas partes.

La catedral y más de la mitad de las iglesias de la ciudad están destruidas o inhabitables, la mayoría de las escuelas han sido engullidas por el terremoto, los pocos hospitales existentes están gravemente dañados, las estructuras públicas han desaparecido casi por completo, muchas casas se han derrumbado.

El número oficial de víctimas es de 220 mil, pero muchas personas se encuentran sepultadas bajo los escombros y ni si quiera se conoce el número.

Más de trescientas mil personas viven ahora en tiendas de campaña.

¿Cuando podrán volver a casa?, ¿Cuanto tiempo tendrá que pasar para volver a la vida normal?

Estas son las preguntas de los haitianos que miran con gran incertidumbre su futuro. Pero todavía se encuentran en fase de emergencia.

Por ese motivo la Comunidad ha enviado una cuarta misión para distribuir las ayudas humanitarias. Ha sido una misión formada por personas de Roma, Cuba y de San Salvador, junto a las Comunidades haitianas de Port-au-Prince, Cap-Haitien, Anse -a- Veau.

En los últimos días se han realizado distribuciones en tres campos de afectados por el terremoto: La Saline, Canapé Vert y Bourdon; alimentos y tiendas de campaña para el alojamiento. Las ayudas se han distribuido a los niños de las escuelas de la paz y a sus familias y a muchos ancianos también.

Las distribuciones se han realizado en un ambiente de alegría y fiesta (como se muestra en las fotos), pero también de gran serenidad. Las familias han agradecido a la Comunidad por los donativos recibidos, pero sobretodo por la fidelidad y la cercanía hacia ellos. Para los niños, se han organizado fiestas en los campos.

También los ancianos adoptados a distancia de la Comunidad han recibido una visita. Sus casas se han derrumbado y ahora viven en una gran carpa. Sin embargo, sus hogares ya están en proceso de reconstrucción.

Los niños adoptados a distancia que habían perdido la escuela con el terremoto, volverán a realizar las clases dentro de unos días bajo una tienda en espera que la nueva escuela se reconstruya.

Muchas peticiones siguen aún abiertas, muchas necesidades, pero la Comunidad se mantiene cercana al pueblo haitiano y se prepara para las futuras misiones.