Hoy el papa Benedicto XVI llega a Benín, país crucial del África francófona, para visitar su Iglesia y para firmar y hacer pública la exhortación post-sinodal de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de Obispos. Es su segundo viaje pastoral a África.
Sobre la historia de la Iglesia en este país se ha publicado recientemente un libro de S. Cannelli: “Cattolici d'Africa. La nascita della democrazia in Bénin”.
Benedicto XVI dedicará una parte de su viaje a reunirse con los jóvenes laicos católicos. El sábado 19 en la nunciatura recibirá a una delegación de la Comunidad de SantEgidio beninesa, presente en Benín desde hace más de diez años en ocho ciudades del país.
SantEgidio reúne a unos quinientos activistas, para iniciativas relacionadas sobre todo con la educación de los menores, la promoción de la paz y de la cohesión social, la defensa de los derechos humanos, especialmente la lucha contra la pena de muerte.
Un importante logro de SantEgidio es la Maison du rêve de Cotonou, una casa para niños de la calle que duermen en los alrededores del mercado central de la capital y que cada día acuden a este centro para recibir comida, ropa, educación, escolarización e higiene personal. Son más de cien niños, entre los seis y los doce años. En todas las otras ciudades hay Escuelas de la Paz, concentradas sobre todo en barrios de chabolas.
Hace unos años empezó también un servicio a los ancianos del país: va creciendo una cierta molestia ante la presencia cada vez más numerosa de estos viejos improductivos, sin seguridad social ni pensión, hasta el punto de que aumenta la expulsión de los viejos de la familia y del pueblo o del barrio, que a veces se atribuye a su supuesto nefasto rol mágico. Es el tema de la brujería, que vuelve, en el tránsito hacia una difícil modernidad.
El otro grande polo de actividad de SantEgidio es el de la paz y los derechos humanos. Recientemente el Parlamento ha votado la adhesión al segundo protocolo de la ONU para una moratoria sobre la pena de muerte, después de que en la sesión de noviembre de 2010 que lo ratificó Benín estuvo inexplicablemente ausente (hay que recordar que en 2008 Benín fue uno de los promotores de la primera resolución): esta corrección de ruta se debe a la gran presión que ejerció la sociedad civil, promovida y fomentada por la Comunidad, a través, entre otros, de la recogida de firmas. Parece cercano el tiempo de la abolición de la pena capital de la legislación del país. La batalla contra la violencia se extiende también a la estigmatización de los linchamientos, un sucedáneo bárbaro de la pena de muerte.
El trabajo para pacificar la sociedad en el espíritu de Asís involucra, gracias al trabajo de Sant'Egidio, a las religiones del país. El 30 de octubre la Comunidad promovió en Savé, una pequeña ciudad del centro del país, un encuentro interreligioso para celebrar los veinticinco años de la Jornada mundial de Asís: una ocasión para decir no a los conflictos, grandes o pequeños, en nombre de la religión, y también para invitar a toda la población a dejar a un lado los prejuicios y a reconciliarse con todos los pobres y los marginados de la ciudad.
La tarde del 19 de noviembre, Benedicto XVI, se reunirá con un grupo de niños benineses entre los que habrá algunos representantes de las Escuelas de la Paz de la Comunidad de SantEgidio.
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