En la cárcel de Cuamba, en Mozambique, la situación de superpoblación ha creado no pocos problemas a los detenidos.
Tenía que ser una cárcel pequeña. El centro se construyó antes de la independencia (1975) para unos 30 detenidos, pero hoy alberga a 191. Los detenidos se ven obligados a dormir 3 o 4 por cama, en literas triples: sólo así caben en las tres únicas celdas de la cárcel.
La situación se hace especialmente grave en la estación cálida, cuando no sólo el aire es totalmente insuficiente, sino que además, falta el agua.
El problema del agua afecta desde hace unos años a toda la ciudad de Cuamba, porque el viejo sistema de tuberías está dañado y la instalación no puede proporcionar agua para toda la población.
Pero en la cárcel la situación se hace dramática, provocando muy a menudo epidemias que fácilmente salen de los muros de la cárcel (que por otra parte, está en el centro de la ciudad, a poca distancia del mercado).
La Comunidad de Sant’Egidio sigue la situación de la cárcel de Cuamba desde 1997.
Las primeras actuaciones fueron la distribución de jabón, ropa y alimentos a los detenidos.
Luego, casi de inmediato, se pasó a organizar cursos profesionales y, sobre todo, a construir una enfermería con 4 camas y una sala de visitas.
Desde hace unos diez años la enfermería, que forma parte de los centros de salud del distrito, gracias al trabajo de un enfermero, ha permitido curar a cientos de detenidos.
En 2009, en vista de la gravísima situación higiénica, la Comunidad logró que la empresa que está rehabilitando el sistema hidráulico de la ciudad instalara una bomba hidráulica en la cárcel, y ahora el agua llega con cierta regularidad.
Y en 2010, ante la situación de superpoblación, de acuerdo con la dirección de la cárcel, se dobló el número de ventanas/respiraderos de las celdas para que los detenidos pudieran respirar mejor.
Las noticias que llegan de la enfermería, aunque contienen datos dramáticos, son alentadoras, porque muestran una reducción casi a cero de las defunciones y una mejora general de las condiciones de salud de los presos. El agua y el aire han traído la vida. |