Solidaridad, ¡es nuestra palabra! Servir, acompañar quiere también decir defender, quiere decir ponerse de la parte de quien es el más débil.
Los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son de ustedes, son para la carne de Cristo que son los refugiados. El Señor llama a vivir con mayor coraje y generosidad la acogida en las comunidades, en las casas, en los conventos vacíos.
Hagamos tanto, quizás estamos llamados a hacer mucho más, acogiendo y compartiendo con decisión aquello que la Providencia nos ha donado para servir. Superar la tentación de la mundanidad espiritual para estar cercanos a las personas simples y sobre todo a los últimos.
¡Tenemos necesidad de comunidades solidarias que vivan el amor de forma concreta!
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