Un gesto de solidaridad y de apoyo concreto de parte de la Comunidad de Sant'Egidio ha llegado a las familias cristianas más pobres afectadas por la guerra civil de Siria.
Así lo escribe el arzobispo armenio católico de Alepo, monseñor Boutros Marayati, manifestando el "gracias de corazón" de su diócesis.
La Comunidad de Sant'Egidio, que cada día reza por todos los que todavía están secuestrados en Siria, ha enviado a la diócesis armenia católica de Alepo una aportación como signo de solidaridad fraterna.
Monseñor Marayati visitó recientemente Sant'Egidio, en Roma, y participó en el congreso "La alegría del Evangelio" junto a obispos de todo el mundo amigos de la Comunidad: "una experiencia vivida de hermandad, de apoyo y de esperanza", como escribió.
En aquella ocasión explicó las difíciles condiciones en las que la comunidad cristiana vive en Siria estos largos años de guerra, y también la firme convicción de que la fuerza de la oración puede detener el conflicto: "Creo en el milagro de la oración", dijo. "He sentido, y eso me ha emocionado, que Alepo especialmente y Siria en general está en el corazón de Sant'Egidio. Hemos rezado juntos por los obispos, los sacerdotes y las religiosas que están secuestrados, todos, hemos rezado por la paz. También el encuentro con los jóvenes de la Comunidad fue para mí una gran emoción y un gran consuelo".
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