Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
18-25 de enero de 2013
Del 18 al 25 de enero, la Iglesia celebra la Semana por la Unidad de los Cristianos
(más a fondo www.chiesacattolica.it).
Durante esta Semana, la Comunidad de Sant’Egidio, allí donde se encuentra en el mundo, dedica la oración que reúne a las Comunidades, a la unidad de los cristianos y organiza oraciones y encuentros de carácter ecuménico.
Eventos en España:
Viernes 25 de enero
- Barcelona: Conferencia "Mártires y testigos de la fe en la Iglesia ortodoxa Rusa del siglo XX" que impartirá S.E. Serafim, obispo de Bobrujsk (Bielorrusia). Iglesia ortodoxa rusa - Patriarcado de Moscú. En c/Ataülf, 12 de Barcelona (al lado de la plaza Sant Jaume <M>L4 Jaume I).
A continuación, 20.30 h. tendrá lugar la oración de la Comunidad en la Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor.
Eventos en Roma:
Lunes 21 de enero
- Parrocchia del SS. Redentore a Val Melaina, Via Monte Ruggero 63, ore 18.30
Preghiera per l'unità dei cristiani con il pastore Jens-Martin Kruse dellla Chiesa Evangelica Luterana tedesca
- Parrocchia di S. Romano Martire, largo Beltramelli, ore 19.00
Preghiera per l’unità dei cristiani con Padre Nicu Voinea della Chiesa ortodossa romena
- Parrocchia di S. Giovanni Battista de la Salle, Via dell’Orsa Minore 59, ore 19.15
Preghiera per l’unità dei cristiani con il pastore Antonio Adamo della Chiesa Valdese
Miércoles 23 de enero
- Parrocchia dei SS. Francesco e Caterina Patroni d'Italia, Circonvallazione Gianicolense 12, ore 19.00
Preghiera per l'unità dei cristiani con il pastore Antonio Adamo della Chiesa Valdese
- Parrocchia S. Alfonso de' Liguori, Via della Giustiniana 245, ore 19.00
Preghiera per l'unità dei cristiani con padre Gabriel Ionita della Chiesa ortodossa romena e con il pastore Enrico Benedetto della Chiesa Valdese
- Chiesa dell’Immacolata, Via Taranto angolo Via Monza, ore 19.30
Preghiera per l’unità dei cristiani con l’Arcidiacono Jonathan Boardman della Chiesa Anglicana
- Parrocchia Santa Maria Stella Maris, Viale dei Promontori 113, ore 19.00, con padre Gheorghe Militaru della Chiesa ortodossa romena
Jueves 24 de enero
- Parrocchia dei SS. Simone e Giuda Taddeo, Via di Torrenova 162, ore 18.30
Preghiera per l’unità dei cristiani con Valdo Bertalot della Chiesa Valdese
- Parrocchia S. Famiglia di Nazareth a Centocelle, Piazzale delle Gardenie 45, ore 18.45
Preghiera per l’unità dei cristiani con Padre Iurie Hincu della Chiesa ortodossa moldava
- Parrocchia di S. Maria Janua Coeli, Via Cornelia 89, ore 19.00
Preghiera per l'unità dei cristiani con padre Garnik Mkhitarian della Chiesa Apostolica Armena
- Parrocchia dei SS: Aquila e Priscilla, Via Pietro Blaserna 113, ore 19.00
Preghiera per l’unità dei cristiani con l’Archimandrita Simeon Catsinas del Patriarcato ecumenico di Costantinopoli
- Parrocchia di S. Giuseppe a Via Nomentana, Via Francesco Redi 1, ore 19.30
Preghiera per l'unità dei cristiani con il pastore Jens-Martin Kruse dellla Chiesa Evangelica Luterana tedesca
(los diferentes eventos se publicarán a medida que lleguen a la redacción del sitio web)
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Meditación para la Semana de la Unidad
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Jesús, mirando a sus discípulos, en el momento de dejarles, rezó “para que todos sean uno”. Antes había dicho: “Yo y el Padre somos uno”. Tal vez, mirando sus rostros, se había dado cuenta de que eran muy distintos y de que eso habría podido dividirlos. Luego, en el momento de ser arrestado, Jesús revela su sueño y su esperanza por sus discípulos: “que sean uno”. Como Dios, Padre Todopoderoso, Señor del mundo, es uno solo con Jesús de Nazaret, él reza para que también sus discípulos entren en la unidad de esta familia. ¡Que sean uno!
Pero los cristianos estamos divididos. Nuestras iglesias y comunidades están divididas. No solo distintas. Distintas en los cantos, en las formas de rezar, en los modos de vida. Muchos fieles no sabrían explicar por qué estas comunidades y estas Iglesias están divididas.
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Icono de los Testigos de la Fe del siglo XX - Basílica de San Bartolomeo all'Isola Tiberina, Roma |
Se podría decir que la responsabilidad de estas divisiones y de muchas incomprensiones es de personajes del pasado y de momentos lejanos en la historia. |
Un día entró el espíritu de división. Y el espíritu de división todavía está entre nosotros.
Jesús rezó también por nosotros. De hecho las divisiones están en nuestro corazón. No sólo teologías, sino actitudes de uno hacia el otro.
Nosotros a menudo también somos actores de la división, de la insensibilidad, de la incomprensión. Estamos llamados a responder a la oración de Jesús para que seamos uno: estamos llamados a responder en nuestra vida, cada día. Pero ¿cómo?
Renunciemos a la prepotente dictadura de nuestro yo, al cálculo, a la insensibilidad… Renunciemos a la ignorancia del otro: a vivir sin amor. Todos tenemos que convertirnos al amor, despojándonos de nuestro mundo viejo y consolidado dentro de nosotros, de esta coraza que aleja e hiere. Todos tenemos que convertirnos con una oración fuerte a Jesús, Señor nuestro, que nos amó y nos abrió la vida del amor. En la primera carta a Juan se lee:
“Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios mora en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es Amor: y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él”. (1 Jn 4, 15-16)
Todos somos llamados a curar las grandes fracturas del mundo, de la vida de cada día, de nuestros ambientes: las que dividen a simpáticos y antipáticos, a ricos y a pobres, a cultos e ignorantes, a hombres y a mujeres, a una etnia de otra, a un grupo de otro, al mío de los demás, a los míos de los otros, a cristianos de cristianos, a cristianos de judíos, a cristianos de musulmanes… El camino por el que caminamos está lleno de estas fracturas. Nuestra casa tiene estas fracturas. Nuestro lugar de trabajo tiene estas fracturas. Estamos llamados a curarlas con el amor. No declaramos la guerra a nadie con nuestras armas, en este tiempo de guerra para el mundo.
El nuestro es un tiempo difícil. Hay guerras en muchas partes del mundo. En Irak, en Tierra Santa, en muchas partes de África, de Asia, de América Latina… Se producen calamidades naturales. Muchas personas sufren.
En este mundo difícil, derrotamos al mal con el bien: con el bien del amor, con el bien de la oración, con el bien de la esperanza, aquella esperanza en el Señor Jesús que siempre nos escucha, que vendrá pronto y nos traerá la paz.
Somos uno solo en el amor: hagamos uno con otro un pacto de amor. Distintos por historia, lengua, espiritualidad, costumbres, aspecto… Somos uno solo en el amor entre nosotros, los creyentes. Somos uno solo entre los cristianos y el odio y la guerra serán derrotados por el amor.
De ese amor surgirá una fuerza de unidad. En la liturgia bizantina, antes de introducir la profesión de fe, el Credo, el diácono dice:
"Amémonos unos a otros para que en la unidad del espíritu profesemos nuestra fe."
Sí, en esta Semana de la Unidad, empecemos a amarnos de verdad, para que podamos profesar la misma fe en unidad de espíritu.
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