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Los m�s j�venes |
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Aprender de los ni�os
Si es verdad que los ni�os tienen que aprender muchas cosas y que los adultos tienen que hacerse cargo de su educaci�n, tambi�n es verdad que los ni�os, m�s all� de muchos estereotipos, tienen tambi�n muchas cosas que ense�ar. Nos han ense�ado de manera evidente el valor de la confianza, del abandono confiado en los dem�s. Nos han ense�ado a no esconder la debilidad que es propia de cada uno. De alguna manera hemos aprendido de ellos a comprender como cada hombre necesita de los dem�s, no s�lo para crecer cuando es peque�o, sino tambi�n para ser m�s feliz cuando es adulto o anciano. Mirando las vidas dif�ciles de nuestros ni�os y adolescentes, hemos aprendido a ver y a reconocer los males de la sociedad.
El valor de lo "peque�o"
Nuestra relaci�n con los menores se ha caracterizado siempre por el respeto hacia ellos. A�n cuando se trataba de ni�os considerados dif�ciles, excluidos de la escuela, despreciados muchas veces porque eran incapaces de expresarse bien, la Comunidad ha siempre visto en ellos las potencialidades de una vida que todav�a ten�a que crecer y que necesitaba la confianza de los otros. Por esto la defensa de la vida de los m�s peque�os, una vida muchas veces poco respetada, ha sido un compromiso constante de nuestra acci�n. Quisimos, y queremos todav�a hacerlo hoy, estar de parte de los ni�os y los chicos para protegerlos, para ayudarles a crecer, no como maestros o "asistentes", sino como amigos mayores, atentos a su vida, intentando romper los mecanismos de exclusi�n social, empezando en primer lugar por los escolares. |