Nampula (Mozambique) – Continúa el trabajo de la Comunidad de Sant’Egidio en las cárceles africanas: 25 presos liberados en estos últimos tres meses
21 de noviembre de 2010
En Mozambique continúa el trabajo de la Comunidad para visitar a los presos en las cárceles. Estos años ha crecido la amistad con muchos de ellos. Una amistad que continúa incluso cuando son trasladados a cárceles fuera de la ciudad, en otros distritos. Incluso cuando la familia no puede ir a visitarles, las personas de la Comunidad continúan visitándoles, a pesar de las distancias.
El sistema jurídico mozambiqueño prevé que una parte de la pena detentiva se pueda cumplir con una multa. Eso permitiría a quien ha cumplido ya la mitad de la pena en la cárcel salir pagando una multa.
Pero muchos no pueden hacer frente a un gasto de aproximadamente cien euros. Una gran suma de dinero para quien no tiene nada. Por eso la Comunidad se hace cargo de ese gasto y permite que los más pobres vuelvan a casa en un plazo razonable.
Eso es lo que le pasó a A.D., una joven madre, con dos gemelos de menos de un año. La Comunidad pagó su multa y evitó así que pasara un mes más en la cárcel. Tras la liberación A. nos dijo: “Hoy soy muy feliz, no solo por mí, sino por mis hijos, que podrán crecer en un ambiente normal, no entre las paredes de una cárcel”.
Algunos detenidos liberados por la actuación de la Comunidad son menores, otros son enfermos de sida.
Uno de ellos declaró: “Soy muy feliz: he recibido la luz de Dios en el preciso momento en el que estaba desesperado”.
Muchos, de hecho, hablan de la desesperación que les asalta, sobre todo cuando, estando lejos de su familia, no reciben visitas.
Pero en Mozambique, la Comunidad de Sant’Egidio es una familia grande, que vive en cientos de pueblos y aldeas. Eso permite visitar a los detenidos incluso cuando terminan siendo trasladados a zonas “remotas”. Así fue con C., que dijo: “Yo no esperaba que los hermanos de la Comunidad vinieran a visitarme, pensaba que me iban a olvidar a causa de la distancia que separa Nampula de Muecate, pero ahora sí, yo creo que Dios es padre”.