En nuestro país poca gente lo sabe pero Mozambique se ha visto afectado en las últimas semanas por el ciclón Eline y por lluvias torrenciales que han provocado varias víctimas y han obligado a evacuar a miles de personas. La situación es más difícil en las regiones atravesadas por los grandes ríos del Mozambique central y meridional. En particular, el río Limpopo, proveniente de Sudáfrica, se ha desbordado tras varios días de fuertes lluvias, ha inundado la provincia de Gaza y ha asolando especialmente la ciudad de Chokwe. Más de 140.000 personas han tenido que dejar ya sus casas, y todavía se desconoce el número de muertos y desaparecidos todavía.
El 20 de febrero partieron junto a un cargamento de ayudas, desde Maputo, algunos activistas del programa Dream con un grupo de jóvenes para repartir directamente las ayudas a la población más afectada. El cargamento, de dimensiones considerables, es fruto de la solidaridad promovida por los jóvenes de la Comunidad: recogieron alimentos y ropa en Maputo y Beira, en los mercados, frente a los centros comerciales, entre trabajadores y estudiantes, entre pacientes y parientes, todos dieron algo.
La misión fue hacia Chokwe, a 225 km al norte de Maputo. Allí encontraron algunas zonas bajo un metro y medio de agua, casas y edificios derribados y muchos lugares sin energía eléctrica. Familias enteras se vieron obligadas a buscar cobijo bajo los techos de sus propias casas inundadas o en árboles.
Tras varias horas de viaje finalmente llegaron al hospital del Carmelo y al Centro Dream, que está en el mismo edificio, la única unidad sanitaria que todavía funciona. Normalmente acoge a 400 pacientes al día, pero en este período de emergencia llegan unos 1.000, con malaria, diarrea y enfermedades asociadas a las precarias condiciones higiénicas y alimentarias. Los alimentos entregados fueron recibidos como “maná”: mujeres embarazadas, pacientes en tratamiento antirretroviral y niños fueron los primeros beneficiarios.
La misión continuó y después de Chokwe, a pesar de que las carreteras estaban gravemente afectadas, el camión recorrió 34 km hasta el campo de refugiados de Chihaquelane, donde han unas 40.000 personas desplazadas de Chokwe.
El campo, sin ningún tipo de servicio, acoge a los desplazados en tiendas improvisadas o bajo los árboles.
Allí las ayudas fueron entregadas a algunas familias con niños y a muchos ancianos solos. El reparto fue también la ocasión de una primera visita a mujchos que lo han perdido todo y se sienten abandonados. Muchos dieron las gracias a la Comunidad de Sant’Egidio porque no se olvida de ellos.
Volviendo a Maputo revivimos los recuerdos, los sentimientos y la herida de tanto dolor, pero también la consolación de que nadie es tan pobre como para no poder ayudar a quien es más pobre que él.
Mozambico: dopo l’alluvione serve la ricostruzione
....Il quartiere di case di canne dove la Comunità di Sant'Egidio di Maputo faceva la scuola ai ragazzi di strada, 40 mila persone, più della metà sotto i 18 anni, non c’è più. Tutte le scuole e gli edifici pubblici contengono sfollati. Per questo la Comunità di Sant'Egidio ha avviato un piano di aiuti di emergenza che distribuirà direttamente con la sua rete di volontari presente in 38 punti del paese. Nessuno stipendiato. Mille persone che già vivono nel paese. Ma occorre l'aiuto di tutti e un intervento strutturato non può essere fatto senza una grande raccolta di fondi nazionale. “È una grande occasione. Far vivere il Mozambico è far vivere l'Africa e far vivere l'Africa è far vivere meglio anche l’Europa, senza la paura di assedi dal Sud del mondo. Il Mozambico poi è anche un po’ di casa, da noi. In nessun altro paese, forse neppure nei Balcani, l'Italia è stata così decisiva, con i caschi blu nell'accompagnare la transizione dalla guerra alla pace” ha concluso la Comunità .
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