Amistad, diálogo y reflexión sobre las Escrituras caracterizaron ayer la visita del rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico de Buenos Aires, a la Comunidad de Sant'Egidio de Roma.
Por la tarde el rabino, junto al fundador de la Comunidad, Andrea Riccardi, visitó el Centro Gente de Paz y se reunió con los inmigrantes que en el centro reciben solidaridad y ayuda.
Más tarde, en la basílica de Santa Maria in Trastevere, Skorka explicó la amistad que lo une al papa Francisco y su sueño común de cambiar la sociedad argentina y el mundo. Comentando el Salmo 1, el rabino destacó la importancia de decidir personalmente hacer el bien y trabajar por un futuro bueno para mucha gente: "Más allá de la situación en la que nos encontramos, pero a través de la bondad, la rectitud, el amor, dejamos una huella", y dijo: "Existe una historia rabínica en la que se habla de un joven que le pregunta a un anciano que estaba plantando un árbol que no daría fruto hasta muchos años después: "¿Por qué lo plantas si no comerás sus frutos?". Y el anciano le contesta: "Mi padre plantó un árbol para mí, y yo planto árboles para los que vendrán”.
Trabajar juntos para construir un futuro de paz, confiando que "el sello de espiritualidad y de cariño que dejamos no se perderá". Un sueño que une al rabino Skorka y al papa Francisco, un sueño que la Comunidad de Sant'Egidio se compromete a custodiar y ha hacer crecer en la oración, en la amistad con los pobres y en el trabajo por la paz.
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