La noche de los Cristales rotos (Kristallnacht), la noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, se recuerda como el comienzo de la deportación masiva de los judíos europeos a los campos de concentración y exterminio nazis. Aquella noche muchos judíos fueron asesinados y se quemaron más de 300 sinagogas, principalmente en Alemania y Austria. La Comunidad de Sant’Egidio recuerda en Barcelona, por quinto año, este trágico momento de la vida de los europeos organizando un “peregrinaje de la memoria”, para que todos, sobretodo las jóvenes generaciones no olviden la deportación que tuvo lugar durante la ocupación nazi.
En la marcha, encabezada con el lema “No hay futuro sin memoria”, también han participado miembros de la Comunidad Israelita de Barcelona y de la Comunidad judía Atid, junto a una numerosa representación del movimiento “gente de paz” que cuenta con una gran representación de musulmanes.
Uriel Benguigui, ex presidente de la Comunidad Israelita de Barcelona, ha subrayado el saludo de paz que está en la raiz de las tres grandes religiones del Libro: shalom, salam alaikum y “la paz esté con vosotros”.
En Europa renacen hechos inquietantes y se despiertan fantasmas que pensábamos que ya estaban sepultados y no viviríamos más. Este año se ha tenido muy presente que el terrorismo ha llegado este verano de forma tocante al corazón de Barcelona. Jaume Castro, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio de Barcelona, ha subrayado que “recordar juntos es la primera respuesta para no dejarse intimidar y construir una conciencia civil”. Y ha destacado que en nuestra sociedad circula el miedo. “Cuando se tiene miedo se busca la protección y se levantan muros y la soledad hace crecer los miedos. Por ello, es necesario que crezca una red de encuentros, diría una red de amistad, que haga posible que la gente no quede prisionera de los miedos y de los fantasmas”.
Sergi Gordo, obispo auxiliar de Barcelona, ha subrayado la presencia en el acto de muchos jóvenes y niños y de personas de diferentes religiones, que se han encontrado al lado de “nuestros hermanos mayores en la fe, los judíos”. Ha recordado la importancia de “reconstruir la historia en este tiempo de globalización” y de “no caer nunca en la tentación de la división”. Mn. Armand Puig, rector del Ateneu Universitari Sant Pacià, también ha recordado hay que “hacer memoria para liberarnos de la indiferencia” y cerraba su discurso recordando que entre todos “podemos reconstruir los cristales rotos”.
El recuerdo de la Noche de los cristales rotos nos lleva a la trágica memoria del Holocausto. Ha sido una oportunidad para ver un pueblo de diferentes religiones, culturas y edades, que levanta la cabeza con la convicción que hay que recordar el pasado para orientarse hacia el futuro y tomar responsabilidad para construir la civilización de la convivencia. |