La casa familia Mai Lien de Ho Chi Minh city
Ser niña en Vietnam es difícil. Ser niña muy pobre significa estar expuesta aún más a los peligros y a la violencia de la vida.
La herencia de la larga guerra que asoló el país ha sido muy dura. Se ha producido un cambio radical en los estilos de vida, y las que más lo han pagado han sido las mujeres, aun siendo jovencísimas.
Precisamente por eso, en 2003 empezamos la adopción a distancia de las pequeñas inquilinas de la Casa Mai Lien de Ho Chi Minh City, en Vietnam.

La institución acoge a unas treinta niñas, provenientes de familias que viven en la pobreza extrema, que a menudo llevan a sus espaldas historias muy difíciles, historias también de violencia. El programa de las adopciones a distancia garantiza el apoyo alimentario, el pago de la matrícula escolar y lo necesario para que crezcan saludablemente.
A partir de diciembre de 2007, gracias al apoyo de las adopciones, las niñas se pudieron trasladar a una nueva casa, más hermosa, más espaciosa y acogedora. Dispone incluso de una sala de lectura y dentro de poco tendrá algunos ordenadores.
Las hermanas que gestionan la casa insisten mucho en la formación, en el hecho de enseñar a las niñas habilidades que les puedan ayudar a tener más oportunidades en la vida.
Las niñas de la Casa Mai Lien van al colegio cada mañana en el barrio vecino y por la tarde estudian en casa, aprenden a tocar un instrumento musical, practican algún deporte. No dejan tampoco de ayudar en la vida común de la casa. Han vuelto a vivir una vida normal, dejando a un lado los tristes recuerdos del pasado y empezando a soñar un futuro mejor.
Entre ellas, hay quien sueña en llegar a ser guía turística, quien de grande quiere ser fotógrafa, y hay quien, ya un poco más grande, ha encontrado un trabajo en un centro estético, y está muy orgullosa.
Danang
Danang es una gran ciudad vietnamita que tiene el puerto más importante de la zona centro-meridional del país.
Allí los franceses empezaron la colonización en 1858, y allí se instaló la base aérea estadounidense durante la guerra de los años sesenta-setenta. Hoy Danang es una ciudad con casi un millón de habitantes. Ha crecido deprisa, ha acogido a muchos prófugos; tiene un centro comercial moderno y una vasta periferia pobrísima.
Justo allí, en 2006 empezamos las adopciones a distancia de unos 20 niños. Sus familias viven de actividades agrícolas, en casas modestas, en medio de las plantaciones de arroz de la zona. Las viviendas tienen un piso elevado donde, durante las inundaciones, se pueden refugiar y guardar las cosas más preciosas que tienen. El agua puede llegar incluso a los dos metros de altura, echando todo a perder.
Con las adopciones a distancia se ha podido pagar la matrícula escolar y el material didáctico y a menudo se han podido incluso hacer mejoras en las pobres viviendas.
De ese modo, algunas familias han podido instalar puertas y ventanas.
Hace algunos meses visitamos a los niños adoptados a distancia y recibimos una festiva acogida. Había un gran entusiasmo y nos hicieron muchas preguntas sobre Italia: “¿Cómo se come en Italia? ¿Hay montañas? ¿Saludaréis al Papa?”.
Algunos de nuestros niños en adopción en Danang son discapacitados y solo gracias al apoyo que reciben pueden ir a un centro de día donde llevan a cabo algunas actividades. Se trata de una verdadera revolución, porque normalmente en Vietnam los discapacitados quedan cerrados en casa y no salen casi nunca.
También para ellos, con las adopciones a distancia, ha empezado una nueva vida. |