El día 1 de septiembre, fiesta de Sant'Egidio, la Comunidad de Blantyre (Malawi) lo quiso celebrar – como ya es tradicional - con los prisioneros de la Chichiri Prison, un enorme complejo penitenciario en el que hay más de 1.600 personas.
Desde hace muchos años, la Comunidad visita a los prisioneros, llevándoles comida, material para la higiene personal y palabras de amistad y esperanza para aliviar su difícil condición.
Son muchas las historias y los rostros que hemos conocido durante estos años en las 13 cárceles de Malawi, que las personas de la Comunidad de Sant’Egidio visitan regularmente.
Muchos prisioneros están en espera de juicio durante períodos a menudo muy largos, sin poder recibir visitas de familiares, que muchas veces viven en otras partes del país.
En Malawi, las condiciones de las cárceles son muy difíciles: las celdas están sobreocupadas, sin camas ni lavabo y en muy malas condiciones higiénicas. Por todo ello, a menudo los prisioneros padecen enfermedades de la piel, sin posibilidad de recibir tratamiento. La comida es escasa y los prisioneros comen carne sólo una vez a la semana.
En estas condiciones, la amistad con las personas de la Comunidad es algo muy bonito y para muchos, el único contacto con el mundo exterior.
El día 1 de septiembre se ha convertido en un gran evento, la memoria de un santo "amigo" de los más pobres.
La Comunidad de Blantyre por ese motivo repartió: azúcar, jabón, mantas y likuni phala (una papilla de alto valor nutritivo) para los niños. También hizo donación a la dirección de la cárcel de material sanitario como guantes, termómetros, medicamentos para la malaria, yeso y vendajes, de los cuales carece la cárcel.
Todo el mundo estuvo muy feliz y agradecieron que no se les olvidara.
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