Una muchedumbre emocionada –unas 1.500 personas, mayoritariamente jóvenes estudiantes– se reunió el lunes 30 de enero en Milán, en la ya famosa Vía 21 de la Estación Central.
Ya hace 16 años que la Comunidad de Sant’Egidio, con la comunidad judía de Milán, promueve este momento y vuelve cada año a los subterráneos de la estación, el lugar desde el que partieron los convoyes de deportados hacia los campos de exterminio. Allí, en el lugar de la vía 21 se está construyendo el Memorial del Holocausto de Milán.
Un momento especialmente emotivo fue el testimonio de Liliana Segre, judía milanesa que sobrevivió a la deportación a Auschwitz, que empezó en aquel subterráneo el 30 de enero de 1944, cuando tenía solo 13 años.
También fue significativa la presencia de monseñor Giovanni Barbareschi, sacerdote milanés antifascista reconocido como Justo entre las naciones por haber ayudado a salvar a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Jovica Jovic, música gitana recordó el Porrajmos (el exterminio de los gitanos rom y sinti) interpretando un canto que escribió su padre cuando era preso del campo de concentración de Birkenau.
También intervinieron Rav Giuseppe Laras (rabino emérito de Milán), Rav Alfonso Arbib (rabino jefe de Milán), Roberto Jarach (Presidente de la Comunidad Judía), Antonio Ferrari (Il Corriere della Sera), Giovanna Massariello (ANED) y Giorgio Del Zanna (Comunidad de Sant’Egidio). |