Esta mañana, en el Encuentro internacional en curso a Sarajevo, el cardenal Vinko Puljić se ha reunido con una delegación del Movimiento de los Jóvenes por la Paz de la Comunidad de Sant’Egidio en la iglesia de los santos Cirilio y Metodio.
Los jóvenes, más de cincuenta provenientes de varias ciudades de Italia y que trabajan con la Comunidad ayudando a los niños y a los ancianos, han querido expresar su agradecimiento y su admiración al cardenal por el valiente testimonio durante los años oscuros de la guerra.
Puljic, hablando de aquellos años difíciles, ha destacado la fuerza que encontró en la oración.
“Una fuerza que nunca me faltó –ha dicho–. Mientras oíamos caer las granadas, con mis sacerdotes nos escondíamos en la bodega y orábamos toda la noche. La oración es una fuente que da esperanza, nos ayudó a sobrevivir al miedo’’
Ante la pregunta de un joven que le preguntó cómo vivió aquellos años difíciles, el cardenal contestó: “La guerra fue para mí una escuela de la cruz y eso vale más que una facultad universitaria. Sentí la fuerza de estar en manos de Dios, y el estímulo de hacer algo como cristiano. Confiar en Dios hace que el hombre sea creativo”, y enseñándoles la cruz que lleva, explicó que no es un signo, sino nuestro camino. “Debemos recorrer este camino para conocer el amor de Cristo, sin el cual no es posible vivir”.
Puljic terminó con palabras paternas y llenas de esperanza: “También aquí queremos crear un movimiento de jóvenes. Vosotros sois una esperanza para la Iglesia, y vuestra fe es una fuerza para nuestro tiempo”. |