El viernes 13 de diciembre se celebró en Blantyre el primer Congreso Nacional de los Jóvenes por la Paz (Youth for Peace) de la Comunidad de Sant'Egidio de Malawi, titulado "Only love can change the world", en el que participaron más de 1.800 jóvenes provenientes de los distintos distritos del país.
Andrea Riccardi, dirigiéndose a los participantes, destacó que el movimiento Youth for Peace es un gran recurso de amor y de esperanza para Malawi. Owen, un joven del movimiento Youth for Peace, explicó que el encuentro y la amistad con los ancianos lo liberó a él y a muchos de sus coetáneos de los prejuicios. Violet, estudiante de 16 años, resaltó la importancia de continuar la lucha contra la pena de muerte y de trabajar para construir un mundo pacífico y sin violencia. Todos recibieron la invitación de ser una fuerza de cambio pacífico para el país.
El día anterior, en Blantyre, se inauguró la primera casa para ancianos de la Comunidad de Sant'Egidio en Malawi. La casa alojará a 3 mujeres ancianas.
La casa fue inaugurada en presencia del Ministro para las discapacidades y los ancianos, que subrayó la importancia del servicio a los ancianos que la Comunidad lleva a cabo en el país. Las dos hermanas Esme y Dorothy, huéspedes de la casa, recibieron a Andrea Riccardi y a los invitados presentes en su nueva vivienda.
Junto a la casa para ancianos se inauguró ante la presencia del párroco y de la Autoridad Tradicional la construcción de la sede de la Comunidad en el pueblo de Tchoda, que está a casi una hora de Blantyre. (en la foto, la colocación de la primera piedra) .
La inauguración de la construcción estuvo precedida por un encuentro de la Comunidad de Sant'Egidio de Tchoda con Andrea Riccardi. Josef Pensulo, en nombre de toda la Comunidad, explicó que la presencia de Sant'Egidio es una importante red de solidaridad en el pueblo, sobre todo para los niños y para los ancianos, que en las zonas rurales del país suelen ser las personas más vulnerables y menos protegidas.
El 80% de la población malawiana vive en pueblos y aldeas, aunque está empezando un proceso de urbanización.
La visita de Andrea Riccardi a Malawi terminó con la visita a la cárcel de Blantyre donde la Comunidad lleva a cabo su servicio desde 2005, con visitas regulares a los detenidos formadas por amistad, coloquios y repartos de productos de primera necesidad.
Andrea Riccardi visitó la sección de presos enfermos, a los que saludó personalmente. Algunos presos explicaron las dificultades que tenían en obtener asistencia legal adecuada, motivo por el que muchas veces la permanencia en la cárcel se prolonga y las cárceles terminan superpobladas.
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