Cientos de miles de personas de toda Albania salieron a las calles para recibir al papa Francisco.
A lo largo de todo el recorrido hacia la plaza de la Universidad (que hoy lleva el nombre de Madre Teresa de Calcuta), donde se celebró la misa, eran visibles las fotografías gigantes de los mártires de todas las religiones perseguidos y asesinados durante el régimen comunista de Enver Hoxha.
Fue un día intenso marcado por el gran cariño y entusiasmo con el que fue recibido el Papa.
"El águila no olvida donde tiene su nido, pero vuela alto... Volad alto, sin miedo", fue la invitación que el papa Francisco hizo a todos los albaneses, recordándoles que su país, caracterizado por la convivencia entre cristianismo e islam, puede hacer una gran aportación a la paz del mundo, demostrando así que "es posible vivir juntos".
El Papa, en su homilía, se dirigió a los numerosos jóvenes presentes: "En particular, hago esta invitación a los jóvenes. ¡Eran muchos en la carretera que va des del aeropuerto hasta aquí! ¡Este es un pueblo joven! Muy joven. Y donde hay juventud hay esperanza. Escuchad a Dios, adorad a Dios y amaos entre vosotros como pueblo, como hermanos".
Antes de irse el Papa quiso conocer a los pobres y saludó personalmente también a los ancianos de varias residencias a los que la Comunidad va a visitar y a los enfermos psiquiátricos de la casa familia "Sant'Egidio" de Tirana.
Durante su visita el papa Francisco también se reunió con una delegación de la Comunidad que lo saludó, y le explicó la Oración por la Paz que se celebrará en Tirana en 2015. "¡Muy bien", fue su respuesta.
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