Vengo del sur de Filipinas, de la isla de Mindanao, y me honra estar aquí hoy con ustedes.
Quiero decirles que el espíritu de Asís ha llegado también a Mindanao.
Lo digo porque en nuestro país las religiones han tenido un importante papel para ayudar en el largo proceso de las negociaciones de paz.
La firma de la paz el pasado 27 de marzo puso fin a una larga guerra que duraba desde hacía más de 40 años.
Mientras las llamas de muchos conflictos arden aún en muchas partes del mundo, después de la larga noche de la guerra, hoy ha surgido un nuevo amanecer de paz en Mindanao.
Sí, ¡la paz es posible!
¡No hay futuro sin paz!
¡La paz es la victoria para todos!
El diálogo entre las religiones y las culturas puede cambiar el mundo y construir la paz. Continuemos viviendo juntos en este espíritu, continuemos construyendo nuestro futuro común, porque... ¡la Paz es el Futuro!
Gracias
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