La noche del 10 de noviembre las calles del centro histórico de Barcelona se iluminaron con una cola de candelas para manifestar que “NO HAY FUTURO SIN MEMORIA”. La Comunidad de Sant’Egidio junto con la Comunidad Israelita de Barcelona recordaron la “Noche de los Cristales Rotos”.
La marcha silenciosa atravesó el antigua barrio judío. En Barcelona el 5 de agosto de 1391, el barrio judío fue saqueado. Las proclamas contra los judíos ocasionaron avalanchas y violencia, muchos murieron o huyeron.
Al final de la marcha el rabino de la Comunidad Israelita subrayó la importancia de la memoria porque “no estamos inmunizados contra la barbarie del Holocausto”. El presidente de la Comunidad Israelita, Uriel Benguigui, subrayó que “la amistad entre la Comunidad Israelita y Sant’Egidio ha hecho posible que compartamos muchos proyectos para cultivar la convivencia en la ciudad y en el mundo”.
Una significativa representación de los Jóvenes por la Paz de la Comunidad de Sant’Egidio y jóvenes de la Comunidad Israelita estaban presentes. Tomaron la palabra para testimoniar que “la memoria y la solidaridad son fermentos de convivencia y permiten reconstruir aquellos fragmentos de cristales rotos por el prejuicio y el racismo que todavía encontramos en nuestra ciudad”. Como signo de solidaridad común estos días están reconstruyendo un espacio del centro histórico de Barcelona que Sant’Egidio utilizará para preparar la Comida de Navidad con los pobres y acoger a los “amigos de la calle”.
Fue significativo el testimonio de Dory Sontheimer. En el año 2002, cuando murió su madre, descubrió 7 cajas llenas de documentos que indican que sus padres y su familia eran judíos. Reconstruyendo la historia de su familia dispersa por todo el mundo ha sabido que buena parte de su familia murió en Auswich.
El 11 de noviembre esta memoria también se hizo en Manresa, con la presencia de numerosos jóvenes.
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