La primera carta llega de Uvira, en la República Democrática del Congo
"Empezamos nuestra amistad con los ancianos en 2006 visitando a un grupo de 5 ancianos que viven en un centro de Cáritas de Uvira.
Eran ancianos que, a causa de la guerra, se habían ido de sus pueblos en las montañas y en la ciudad no habían sido acogidos por sus familias. Así, vivían una doble pobreza: material por la falta de medios para subsistir, y de amistad, porque se sentían rechazados por la familia a la que habían ayudado con su trabajo.
La amistad con las personas de la Comunidad les devolvió la sonrisa y las ganas de vivir.
Vimos que en los barrios de la ciudad vivían muchos ancianos, un poco escondidos, que durante el día mendigan por las calles y por la noche vuelven a sus pobres casas.
Empezamos a visitarlos y el número creció hasta 19 amigos. En 2009 una nueva Comunidad de Sant'Egidio nació en el barrio de Kavimvira y también allí empezamos a ir a visitar a los ancianos. Rápidamente se formó un grupo de 17 ancianos (5 hombres y 12 mujeres) que se reúnen una vez a la semana para rezar juntos con la Comunidad y para recuperar la fuerza de la solidaridad.
En Kavimvira ayudamos a una pareja de ancianos a quedarse en su casa, ya que en el barrio los acusaban de ser "brujos", una excusa para quedarse con su vivienda.
Por desgracia se trata de una acusación muy frecuente y peligrosa. Avisamos a la policía y decidimos alquilar una casa cerca de la nuestra para que pudieran vivir más protegidos. Hoy su casa es un referente incluso para los demás ancianos del barrio que quieren estar protegidos".
La segunda carta nos explica una de las actuaciones realizadas en Camerún para mejorar las condiciones higiénicas y de vida de los ancianos.
"La vida de nuestros ancianos es precios. La estación de las lluvias está a las puertas y la Comunidad de Sant'Egidio continúa su trabajo en el ámbito del proyecto "higiene para las personas ancianas".
Para Mamma Mado, una anciana que hasta hoy se ha visto obligada a defecar al aire libre, en el bosque, porque no tenía un servicio, construimos un w.c. tradicional gracias a la ayuda de los amigos de la Comunidad de Sant'Egidio, que excavaron una fosa para cubrir las necesidades higiénicas de nuestra amiga anciana.
Los niños y sobre todo los ancianos son las víctimas más indefensas de las enfermedades provocadas por las condiciones higiénicas precarias y por eso nuestra comunidad ha querido responder a este desafío y mejorar las condiciones higiénicas antes de que llegue la estación de las lluvias. Mamma Mado nos dio las gracias con una cara llena de amor, de alegría y de palabras de bendición".
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