"Todo puede cambiar" es la frase de san Juan Pablo II que se eligió como título de la conferencia celebrada la mañana del 17 de junio en Tirana. Se trata de una frase que expresa bien la tenaz convicción de la Comunidad de Sant'Egidio en su trabajo en Albania.
Una historia extraordinaria de amistad, que tiene ya más de 20 años, recapitulada en una emocionante intervención de monseñor Vincenzo Paglia, el primer sacerdote católico que fue autorizado por el régimen comunista a entrar en Albania.
El subtítulo era: "Nuevos caminos para la salud mental". La historia de la Comunidad en Albania se cruzó hace 18 años con la historia de los enfermos ingresados en la sección de crónicos del hospital psiquiátrico de Tirana. Con los años ha crecido una amistad fortísima, compuesta por ayuda concreta, pero sobre todo por encuentros fieles. Hoy la Comunidad hace realidad un sueño que ha cultivado en estos largos años con la inauguración de dos casas familia que albergan a estos amigos, mientras que la sección de crónicos del hospital psiquiátrico está definitivamente cerrada.
La conferencia, en la que tomaron la palabra, entre otros, los ministros de sanidad y de bienestar del gobierno albanés, repasó la evolución de este sueño, que hoy es la plasmación de un modelo de asistencia y tratamiento de las personas con desórdenes psíquicos, una alternativa a la institucionalización. Se trata de un modelo que se puede replicar en otras zonas del país sin un agravio económico.
Es una inversión en personas que parecía imposible que cambiaran, pero tal como afirmó el doctor Maone, psiquiatra y profesor de la Universidad La Sapienza de Roma, "la terapia de la esperanza" es el método más eficaz para devolver la vida a quien parecía estar excluido de ella. |