La ciudad de Barcelona carece de lugares suficientes para que las casi 3.000 personas sin hogar puedan dormir y ducharse, según ha denunciado hoy la Comunidad de Sant Egidio. El responsable de la comunidad de Sant Egidio, Jaume Castro, ha afirmado en rueda de prensa que más de 1.400 personas no encuentran cobijo durante la noche y "tienen que dormir en la calle, en portales de las estaciones, en los subterráneos, en los cajeros o en alojamientos precarios o temporales".
Según recoge la edición de 2016 de la Guía Michelin de los pobres -un librito cuyo nombre oficial es "Dónde comer, dónde dormir y dónde lavarse en Barcelona" editado por esta agrupación- con las direcciones útiles para los sin techo, la ciudad de Barcelona cuenta con 13 lugares para la higiene personal y casi 700 lugares de acogida nocturna del Ayuntamiento o de entidades privadas, con una media de 2.500 comidas al día.
La duodécima edición de la guía ha presentado y ha indicado la localización de 33 comedores, 10 grupos de gente que reparte comida por la calle, 17 centros estables donde dormir, 13 servicios de duchas, 35 centros de curas y 96 centros de acogida y orientación en Barcelona "para las personas sin hogar, para las instituciones de ayuda y también para ciudadanos comprometidos", según Jaume Castro.
Durante el invierno, de las 695 personas sin hogar, 385 duermen en centros del Ayuntamiento, 201 en centros concertados y 109 en asociaciones voluntarias privadas, a las que en más del 60% de los casos se accede a través de la derivación de la asistencia social y el resto sin necesidad de ninguna solicitud de entrada.
La coordinadora del servicio de Amigos de la calle, Raquel Sancho, ha denunciado que la cifra de casi 3.000 personas sin hogar "no contempla ni a las personas en infravivienda, ni la vivienda masificada, ni a las personas que corren riesgo de quedarse sin casa a causa de desahucios o cualquier otro conflicto".
Los 13 lugares destinados a la higiene personal de la gente sin hogar posibilitan 243 duchas por día, cinco más que el año anterior, de los que tres centros del Ayuntamiento son exclusivos para toxicómanos y uno a los mayores de 60 años.
Las diferentes instituciones y los 10 grupos de personas creados a raíz de la crisis que reparten comida por la calle ofrecen más de 2.500 almuerzos y cenas diarias, 250 comidas más que en 2015, "gracias al incremento del movimiento espontáneo y solidario que permite llegar a la gran mayoría de la gente con necesidad", según Raquel Sancho.
En lo que concierne la demografía de las personas sin hogar, el 90% son hombres con estudios secundarios y con una media de entre 40 y 50 años, de los cuales el 30% tienen la nacionalidad española, el 28% provienen de países no comunitarios y el resto procede de otros países de la Unión Europea.
La coordinadora del servicio de Amigos a de la calle ha explicado que los motivos que llevan a las personas a la calle "no son extraordinarios sino que se trata de desahucios, enfermedades, pérdidas de trabajo o problemas familiares de personas que antes tenían una vida 'normal'".
Por ello y por la dureza de la vida en la calle donde la exposición al frío y a la violencia es mayor y donde,según Sancho, la esperanza de vida es de 30 años menos que una persona que cuenta con un hogar, "hace indispensable la solidaridad de la gente y la voluntad de ayudar a estas personas, ya que tenderles la mano es el primer paso para que salgan de la calle".
La comunidad de Sant Egidio acoge a 50 familias de refugiados
La comunidad Sant Egidio ha recibido a 50 familias de refugiados en Barcelona en el Centro de acogida de la casa de Sant Llàtzer y ha comunicado su esperanza de que lleguen más. El responsable de la comunidad de Sant Egidio, Jaume Castro, en la misma rueda de prensa que la presentación de la guía, ha sostenido su convicción a la apertura de puertas para la acogida de personas refugiadas para que muchas más familias puedan llegar a la ciudad.
Jaume Castro ha dicho que "es fundamental no tener miedo a la solidaridad y a la aceptación porque es importante saber que éste es un desafío posible", y ha explicado que "el primer contacto con los refugiados es clave, ya que las respuestas son más sencillas si se empieza bien".
La comunidad Sant Egidio también ha celebrado la apertura de un corredor humanitario, que supone "una gran esperanza para que muchas personas puedan llegar desde los campos de refugiados de Líbano a Europa sin tener que pasar por el trance de los traficantes o del Mediterráneo, que se ha llevado la vida de tantas personas".