| Március 9 2011 |
GESTOS DE TOLERANCIA RELIGIOSA |
Medio Oriente: Cristianos e islámicos hacen causa común |
En una tradicional reunión anual e invitados por la comunidad de San Egidio de Roma, líderes de ambos credos hablaron de las problemáticas actuales en la región. Esperan que, tras las revoluciones, la democracia llegue con mayor libertad religiosa. |
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En esta época del año, la comunidad de laicos de San Egidio de Roma reúne a estudiosos musulmanes y cristianos y a líderes políticos y religiosos para realizar una conferencia de un día, sobre la situación en Medio Oriente.
Cada uno de ellos arroja luz sobre esta problemática región y ofrece una esperanza, pero el evento de este año, que tuvo lugar el pasado 23 de febrero, fue especialmente esperanzador y oportuno a la luz de los acontecimientos sucedidos en el norte de África y en Medio Oriente.
Muchos de los ponentes expresaron sus esperanzas de que los cambios de regímenes que han tenido lugar –y los más probables– ofrecieran una oportunidad para que la región finalmente abrazase la libertad religiosa y la democracia, sin ignorar el problema de los extremistas que secuestran los altos niveles de poder.
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, abrió la conferencia abogando por gastar más fondos de la Unión Europea en el diálogo entre cristianos y musulmanes en la región, "dinero que debería ser gastado y que se gastaría bien". Destacó, también, que existe una oportunidad para estos países de llegar a la transición a una democracia que incluya los principios de libertad religiosa en sus nuevas constituciones. Esto sólo puede pasar, dijo, si viene del pueblo, "y no dictado por Bruselas o Roma", y uno de los beneficios añadidos podría ser el final de la emigración de los cristianos de la región".
El cardenal Antonios Naguib, el patriarca copto católico de Alejandría, dijo que los cristianos y los musulmanes tienen "raíces espirituales en común que son un puente de unión y un terreno fructífero donde encontrarse y cooperar". Él destacó que la vocación de la Iglesia es el servicio, y que cada miembro está llamado a realizarlo en sus vidas, "sin el sincretismo o el relativismo sino con humildad, respeto, sinceridad y amor".
A pesar de las diferentes nociones que las religiones tienen del hombre, sus derechos y libertades, el cardenal dijo que "debemos emprender el camino y encontrar juntos bases bien definidas para actuar en común, por el bienestar de nuestras sociedades y nuestros países".
"Los derechos humanos son un terreno común que compartimos", añadió, e hizo un llamamiento a los cristianos y musulmanes para "trabajar juntos y poder preparar un nuevo amanecer en el Medio Oriente", apoyados por la oración, el entendimiento y por el amor fraternal a través del mundo.
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