Juan Pablo II ha sido el primero en ser declarado beato y posteriormente santo en un plazo realmente rápido. Pocos meses después de su muerte se abrió su causa de beatificación, gracias a una dispensa de Benedicto XVI. Al final, en 2011, seis años después de su muerte, el Papa lo proclamó beato. Por su parte, Francisco ha decidido canonizar a Juan Pablo II. Ha querido que la ceremonia se celebre en 2014, junto con la de Juan XXIII. A menos de diez años de la muerte de Karol Wojtyła, el papa Juan Pablo II ya es santo para la Iglesia católica.
La santidad nunca había llegado en un plazo tan corto para un papa. Pío X, el único pontífice santo del siglo XX antes de Juan XXIII y Juan Pablo II, tuvo que esperar cuarenta años después de su muerte para ser canonizado en 1954 por Pío XII (había sido beatificado en 1951).
Juan XXIII fue canonizado con la dispensa del milagro por parte de Francisco, que consideró que el Concilio era el verdadero milagro de aquel pontífice. Pero también en el caso del papa Roncalli han pasado cincuenta años desde su muerte. La práctica habitual (prudente y lenta) pone de manifiesto la excepcionalidad del caso de Karol Wojtyła en la historia de la Iglesia en los últimos siglos.