Una gran fiesta estalló en el campo de refugiados de Nyumanzi, cerca de Adjumani, en el norte de Uganda, en motivo de la entrega de las primeras aulas de obra de la escuela primaria para niños refugiados de Sudán del Sur que ha construido la Comunidad de Sant'Egidio en colaboración con la diócesis ugandesa de Arua.
A partir de ahora las lecciones se impartirán bajo techo y ya no bajo los árboles como el año pasado. De ese modo se pueden continuar las actividades didácticas habituales también durante la época de lluvias que ha empezado hace poco y que dura hasta octubre. El año pasado las lluvias provocaron problemas, y atrasaron el ritmo docente. Los temporales llegaron repentinamente y obligaron a todos a dejar las clases, y una vez se abandona la escuela es difícil volver a empezar.
Además de las aulas, también se ha terminado el cercado alrededor del terreno donde se erige la escuela y se ha abierto un almacén para el material didáctico, importante para guardar archivadores, pizarras y libros. Hasta ahora los maestros se veían obligados a llevarse a casa los archivadores y los libros, y eso no facilitaba su trabajo.
La escuela, considerada un modelo para el campo de refugiados, ha tenido el beneplácito de las autoridades ugandesas, que la reconocieron oficialmente en octubre de 2014. La de Nyumanzi se ha convertido así en la única escuela de la zona que puede emitir diplomas oficiales de Uganda y que se pueden utilizar también en Sudán del Sur.
La entrega de las primeras aulas es un importante avance para esta escuela, un regalo para los más de mil estudiantes que estudian allí y que consideran la posibilidad de estudiar como un regalo inesperado de Dios. Por eso el pasado 19 de abril muchos se reunieron en la escuela para participar en una oración de acción de gracias junto a la Comunidad de Sant'Egidio de Adjumani.
abril 2014: se hace escuela bajo los árboles del campo de refugiados de Nyumanzi
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abril 2015: Últimos retoques en las nuevas aulas
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